Tras la finalización del Consejo de Gobierno, Casado puso de relieve el “notable esfuerzo” de los profesionales y equipos directivos en la organización de la actividad hospitalaria al tiempo que resaltó la importancia de mantener la actividad no COVID porque “hay otras patologías que también son importantes”.
Igualmente, recordó que los centros hospitalarios contemplan en sus planes de contingencia cuál es el momento en el que hay que cerrar la actividad programada, algo que la consejera ligó directamente a la necesidad de extensión de las unidades de críticos. “Si necesitamos ir creciendo, va a depender de si se necesita cerrar quirófanos” y será entonces cuando se empiece a suspender la actividad. “Vamos de la mano de la situación y de los datos, pero hasta hoy no se ha necesitado suspender”, además de que los hospitales están “todos preparados para esta contingencia”, ratificó.
Ante la posibilidad de necesitar recursos adicionales, como ya ocurrió durante la primera ola, Casado recordó que Castilla y León es “una sola área de salud” en la que “todos trabajamos para todos”. Por ello, confirmó “movimientos” de unos hospitales a otros “para prestar ayuda en algunos recursos”. De forma más concreta aludió al edificio Rondilla, ubicado en Valladolid, que cuenta con una treintena de pacientes: once llegados de Palencia, dos de Segovia y de Zamora, uno de Medina del Campo, uno del Río Hortega y 13 del Clínico de Valladolid. “Está a disposición de toda Castilla y León”, sentenció.