La docuserie de Marta del Castillo descubre un cabo suelto en la investigación

10 de Noviembre de 2021
Actualizado: 30 de Marzo de 2022 a las 17:23
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Netflix ha vuelto a acertar con el estreno el pasado viernes de uno de sus documentales más esperados, '¿Dónde está Marta'?, que figuraba entre sus grandes novedades de las próximas semanas y que ha conseguido captar la atención del público llegando al número 1 de lo más visto en España y superando a 'Ejército de los ladrones', 'La asistenta' y 'El juego del calamar'.



'¿Dónde está Marta?' podría pasar a engrosar el listado de las mejores series cortas de Netflix. Es una miniserie de tres capítulos de entre 60 y 70 minutos de duración que analiza con todo detalle el caso de Marta del Castillo, la joven sevillana de 17 años que desapareció el 24 de enero de 2009 y de la que, casi 13 años después, aún no se ha encontrado su cadáver.


La sinopsis oficial de Netflix dice así: "Marta del Castillo, una joven sevillana de 17 años, había hecho planes para hablar con Miguel Carcaño, con quien había mantenido una relación. Nunca regresó a su casa. Veinte años después de su desaparición, la policía encuentra pruebas que desencadenan una oleada de detenciones. Cinco sospechosos, siete historias diferentes del asesino confeso, dos sentencias contradictorias, una persona acusada de encubrimiento y el cuerpo de la víctima sigue desaparecido. Doce años después, este documental se adentra en este emblemático caso, uno de los más extraños de la historia de España".


La miniserie muestra por primera vez audios de llamadas telefónicas de los implicados en los días posteriores a la desaparición y cuenta con más de 20 entrevistas a familiares y amigos de Marta, abogados y otros expertos y profesionales que vivieron el caso. Y, sobre todo, está sustentada en una investigación de un año y medio llevada a cabo por un equipo de ocho periodistas que lograron descubrir algunos errores que se cometieron en el caso.

Gracias a la docuserie de Netflix y Cuarzo se ha podido saber que la Policía y los forenses no tuvieron en cuenta un detalle que ahora puede ser clave gracias a la tecnología actual: la geolocalización de los teléfonos móviles, que aunque en 2009 pudiera haber sido útil, ahora es muchísimo más precisa.