La figura del Lambrión Chupacandiles volvió a las calles de Ponferrada para anunciar la Semana Santa: ¿Conoces el origen de su peculiar nombre y leyenda?

La solemne figura del Lambrión Chupacandiles recorrió con su sombra alargada y coronada por el reconocible capirote, las calles más históricas de Ponferrada. El sonido de su solitaria campana y de sus pasos, acompañados por niños, adviene la semana de pasión en la capital del Bierzo. Según cuenta la leyenda, su nombre se debe a que los muchachos de la villa le gritaban a su paso para que hiciera parada en las bodegas y le invitaban a probar el vino nuevo, lo que le valió el apelativo de ‘lambrión’ con el que se designa a los golosos en la comarca berciana. Su ‘apellido’ haría referencia a que el nazareno se bebía hasta el aceite de los candiles que iluminaban casas y calles antes de la llegada de la luz eléctrica.

25 de Marzo de 2023
Actualizado: 31 de Marzo de 2023 a las 12:27
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La solemne figura del Lambrión Chupacandiles recorrió con su sombra alargada y coronada por el reconocible capirote, las calles más históricas de Ponferrada. El sonido de su solitaria campana y de sus pasos, acompañados por niños, adviene la semana de pasión en la capital del Bierzo.

 



Ataviado con su vestimenta habitual, con la solemnidad como máxima, hizo sonar por las calles de la capital berciana el repicar de la campana, este año de nuevo acompañado por la ciudadanía, sobre todo de los más pequeños.

Considerado uno de los cuatro personajes emblemáticos en la Semana Santa de Castilla y León, junto al Barandales de Zamora, el Pardal de Medina de Rioseco (Valladolid) y el Tararú de Palencia, el Lambrión es el responsable de anunciar cada año la inminencia de las festividades de la Semana Santa, que este año recuperan su programa íntegro de procesiones tradicionales.

 

Lambrión de vino,  y Candiles del aceite

Según cuenta la leyenda, su nombre se debe a que los muchachos de la villa le gritaban a su paso para que hiciera parada en las bodegas y le invitaban a probar el vino nuevo, lo que le valió el apelativo de ‘lambrión’ con el que se designa a los golosos en la comarca berciana. Su ‘apellido’ haría referencia a que el nazareno se bebía hasta el aceite de los candiles que iluminaban casas y calles antes de la llegada de la luz eléctrica.

 

Los orígenes de una figura propia de Ponferrada

Los orígenes de esta tradición se remontan al siglo XVII, creada por la Hermandad de Jesús Nazareno, es uno de los actos más significativos de la Semana Santa berciana. Según la tradición, este personaje se viste completamente de negro y se cubre el rostro para recorrer las calles de la ciudad acompasado al sonido de la campana que lo acompaña para llamar la atención de los fieles.

 



El nombre de Lambrión Chupacandiles se refiere a lo que los muchachos de la villa le gritaban a su paso por las calles haciendo parada en las bodegas, donde le invitaban a probar el vino nuevo.

Desde hace más de un cuarto de siglo, siempre el mismo nombre ha ido atado al de esta figura creada por la Hermandad de Jesús Nazareno. Se trata de Vicente Parra, hijo y nieto de ‘lambriones’. Era el año 1990 cuando el actual ‘Lambrión Chupacandiles’, Vicente Parra, relevó a su padre en el papel de este solitario nazareno. Desde entonces, ha cumplido año tras año la tradición, a excepción de 2020, cuando su comitiva se sustituyó por la megafonía de un coche patrulla de la Policía Municipal de Ponferrada en pleno confinamiento.

Creada por la Real Hermandad de Jesús Nazareno, la figura del Lambrión  hunde sus raíces más de cuatro siglos atrás y es a día de hoy uno de los símbolos más reconocible de las fiestas de Pascua en la capital berciana. Desde 2018, la ciudad le dedica un espacio a las puertas del Castillo de los Templarios, en pleno recorrido del Camino de Santiago, donde una placa de bronce atestigua su importancia.

Además, el año pasado se registró en la Oficina de Patentes la marca ‘Lambrión Chupacandiles’, de manera que la Real Hermandad de Jesús Nazareno disfruta desde entonces de derecho económico exclusivo sobre esta emblemática figura, cuya campana original descansa desde su última restauración en el Museo de las Cofradías de Ponferrada, situado en la antigua iglesia de San Antonio.