La limitación de circular a 90 kilómetros en carreteras convencionales afecta a 566,62 kilómetros de la red de la provincia de León

La Dirección General de Tráfico (DGT) gasta en la provincia 22.243 euros en cambiar 115 señales identificando la reducción obligatoria para reducir accidentes y muertos

28 de Enero de 2019
Actualizado: 06 de Febrero de 2019 a las 14:19
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señal635
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El límite máximo de velocidad a 90 kilómetros por hora en todas las carreteras convencionales (es decir, de un carril por sentido y sin desdoblar) para coches, motos y autobuses entrará en vigor este martes, 29 de enero, lo cual afectará a unos 10.000 de los cerca de 165.000 kilómetros que forman la red viaria de España.

En concreto, según datos oficiales aportados este lunes por la Delegación del Gobierno en León, la limitación de velocidad será efectiva desde este martes, a efectos también de posibles sanciones, en un total de 566,62 kilómetros de carreteras convencionales existentes en la provincia de León, entre ellas la mayoría de carreteras nacionales, como la N-120 entre León y Astorga, la N-VI que llega desde La Bañeza al Bierzo, o la N-630 de Benavente a Asturias por Pajares, entre otras.

En 326,71 de ellos se ha procedido al cambio de las señales de los actuales 100 kilómetros por hora hasta los 90, con un coste total de 22.243 euros para instalar 115 señales nuevas en concreto.

La delegada del Gobierno en la Comunidad, Virginia Barcones, ha insistido en que se trata de una medida que solo busca salvar vidas y con la que España se homologa en materia de seguridad vial a la mayoría de países europeos.

Barcones, que reconoció que se incrementarán los controles de velocidad en estas vías, argumentó que de los 125 fallecidos en las carreteras de Castilla y León el pasado año, las carreteras convencionales se cobraron la vida de 85 personas -el 69 por ciento-. En este sentido, apuntó que el 39 por ciento de estos siniestros se producen por salidas de vías y el 32 por ciento por choques frontales.

La delegada del Gobierno también destacó que a excepción de Holanda y Suecia, los países con menos víctimas en carreteras convencionales y donde la velocidad máxima en vías con un carril en cada sentido está limitada a 80 kilómetros por hora, en la mayoría de los países europeos la velocidad en estas carreteras está limitada a 90.

Además, recalcó que está demostrado que la reducción de la velocidad provoca una reducción de las víctimas mortales en los accidentes en los que una velocidad inadecuada es condicionante, dado que circular a 90 kilómetros por hora, además de incrementar el campo de visión del conductor, provoca que la distancia de frenado se reduzca en 14 metros, hasta los 70, en lugar de los 84 de media de cuando se circula a cien por hora.

Además, explicó que esta medida, “fundamentada en hechos objetivos”, se incluye en una estrategia que tiene como objetivo reducir el elevado número de accidentes mortales en las carreteras convencionales, y que también pasa por reformar los controles de velocidad por parte de la Guardia Civil para que la medida se cumpla, y por mejorar el diseño de la vía y por medidas que contribuyen a mejorar la seguridad como el pintado de doble línea para separación de los sentidos, las bandas rugosas en los laterales o la eliminación de cualquier tipo de obstáculos en los arcenes.

En el caso de camiones, furgones, autocaravanas de peso superior a 3.500 kilogramos, automóviles con remolque, vehículos articulados, así com los autobuses que no dispongan de cinturones de seguridad, la velocidad máxima en las carretera convencionales será de 80 kilómetros por hora.