La olímpica berciana Lydia Valentín prueba las camas 'anti-sexo' de Tokyo 2020

Todo ocurre debido a que los Juegos Olímpicos y en concreto la Villa Olímpica, donde se agrupan por edificios los diferentes deportistas de diferente índole, de todos los países partícipes, es un lugar de encuentro tradicionalmente.

21 de Julio de 2021
Actualizado: 28 de Julio de 2021 a las 13:25
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camas carton tokyo lydia valentin
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Esta es una de las curiosidades de los Juegos Olímpicos de Tokio, el conjunto de camas en las que ya descansan los deportistas olímpicos están hechas de cartón. Son camas ecológicas ideadas para evitar encuentros entre deportistas. De esta manera, su fabricante la sociedad Airweave, explicó en enero de 2020 que las camas estaban diseñadas para soportar hasta 200 kilos. Así, la deportista berciana Lydia Valentín, que ya se encuentra en la Villa Olímpica española de Tokio muestra en sus redes sociales la 'famosa' cama 'anti-sexo' que le ha tocado y en la que ya ha pasado varias noches. "Buenas noches desde Tokyo, me voy a dormir en mi cama de cartón" afirma la berciana a través de los stories de su Instagram (@lydiavalentin).

Todo ocurre debido a que los Juegos Olímpicos y en concreto la Villa Olímpica, donde se agrupan por edificios los diferentes deportistas de diferente índole, de todos los países partícipes, es un lugar de encuentro tradicionalmente. Así, durante los últimos Juegos de Invierno de  2018, en Pyeongchang (Corea del Sur), la aplicación de citas de Tinder aumentó su uso en un 350%. Además,  en Río, durante los Juegos Olímpicos de 2016, los organizadores distribuyeron 450.000 preservativos, es decir, 42 por atleta.

El objetivo fundamental de la incorporación de estas camas de cartón en los cuartos de descanso de los deportistas olímpicos es evitar que se produzcan encuentros y de esta manera crear barreras de contención por el COVID-19. Sin embargo, han sido varios los deportistas que han sometido a pruebas de peso las camas hechas de cartón, observándose que no son tan frágiles como parecen. Es el caso del gimnasta irlandés, Rhys McClenaghan, que insistió en demostrar la supuesta fragilidad de las camas.