La Operación 'Viña Mambrilla' destapa una empresa ficticia que estafó 4.800 euros a una bodega de vino en Burgos

Efectivos de la Guardia Civil destaparon una empresa ficticia que estafó 4.800 euros a una bodega burgalesa. Hay una persona detenida, otra investigada y una tercera inmersa en diligencias por su presunta vinculación con la trama. La investigación ha permitido averiguar que -bajo una aparente cobertura legal- engañó a otras cuatro empresas del sector alimentario apropiándose de mercancía valorada en 12.000 euros. Se han recuperado la totalidad del vino obtenido ilícitamente, que ya ha sido devuelto a su legítimo propietario.

28 de Febrero de 2023
Actualizado: 05 de Marzo de 2023 a las 12:15
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Destapan una empresa ficticia que estafó 4.800 euros a una bodega burgalesa
Destapan una empresa ficticia que estafó 4.800 euros a una bodega burgalesa
Efectivos de la Guardia Civil destaparon una empresa ficticia que estafó 4.800 euros a una bodega burgalesa. Hay una persona detenida, otra investigada y una tercera inmersa en diligencias por su presunta vinculación con la trama. La investigación ha permitido averiguar que -bajo una aparente cobertura legal- engañó a otras cuatro empresas del sector alimentario apropiándose de mercancía valorada en 12.000 euros. Se han recuperado la totalidad del vino obtenido ilícitamente, que ya ha sido devuelto a su legítimo propietario.

 



 

Efectivos de la Guardia Civil, en el marco de la Operación ‘Viña Mambrilla’, detuvieron a una persona, cuyas iniciales son C.A.M., de 20 años de edad, e investigaron a otra, con iniciales J.C.K., de 51 años, como presuntos autores -en distinto grado de participación- de los delitos continuado de estafa, blanqueo de capitales y de usurpación de estado civil. Además, hay una tercera persona identificada y vinculada con la trama, según informaron este martes fuentes de la Subdelegación del Gobierno.

Los hechos ocurrieron en agosto pasado. Un bodeguero de la comarca de La Ribera recibe una solicitud de pedido de 720 botellas de vino. Tras el intercambio de mensajes se concreta la venta, algo más de 4.800 euros. La mercancía es enviada y al poco recepcionada por la sociedad peticionaria que no llegó a abonar el precio estipulado. Consumada la estafa, desaparecieron, sin contestar a las llamadas y requerimientos de la empresa burgalesa.

El Equipo ‘@’ de asesoramiento, prevención y respuesta en materia de ciberdelincuencia de la Comandancia de Burgos abría una complicada investigación y analizaba minuciosamente toda la información, la documentación y los emails aportados por el interesado, para descifrar la ‘huella digital’ que seguramente habían ido dejando los autores.

Fruto de las indagaciones se obtiene la identidad de una persona, C.A.M., que resulta ser el principal cabecilla. Es el responsable de gestionar y realizar los encargos para una sociedad, que resulta ser una empresa ficticia, creada con el único fin de dar aparente respaldo legal a las transacciones y ganarse de este modo la confianza de las víctimas.

Conforme avanzan las pesquisas se obtiene la identidad de un segundo implicado, que hace la función de receptor del producto y de transportista. Paralelamente se localiza una furgoneta, vehículo con el que se realizan los portes desde el Centro Logístico donde se reciben los encargos, hasta una gran nave ubicada en una localidad madrileña.

Este local, además de almacén sirve de punto de distribución y venta de la mercancía adquirida fraudulentamente, que es introducida en el mercado negro con apariencia de legalidad; en él se halla el vino burgalés y multitud de otros productos alimentarios procedentes de estafas similares, cuya lícita tenencia no pueden demostrar.

Se recuperan las 720 botellas de vino que han sido entregadas a la firma burgalesa y paralelamente se contacta con cuatro empresas del sector alimentario ubicadas en Sevilla, Alicante, Jaén y La Rioja, que también han sido engañadas bajo el mismo modus operandi, lo que ha supuesto un montante final de más de 16.800 euros. La operación se salda con la detención del principal cabecilla, la investigación de J.C.K. en una prisión madrileña –donde se encontraba ingresado por otros asuntos- y la identificación de una tercera persona por su presunta vinculación con la trama.

 

Modus operandi

Se trata de un grupo organizado, jerarquizado y con reparto de funciones: adquisición de la mercancía, recogida y depósito de ésta y su posterior venta a terceros. Crean una empresa ficticia -sociedad instrumental para blanquear el beneficio económico por la venta de los productos fraudulentos-, que también otorga cierto respaldo y apariencia legal a sus prácticas ilícitas.

Engañan a las víctimas sin abonar el pedido efectuado. La mercancía es recogida en un centro logístico, para lo cual usan números de Documentos Nacionales de Identidad similares de terceras personas a las que se lo han usurpado previamente y rubrican en su nombre.