La Torre de La Rosaleda de Ponferrada acogerá el sábado 12 y el domingo 13 de agosto el Mundial de Salto Base, por segundo año consecutivo. Nueve saltadores se lanzarán desde la plataforma situada en la azotea del edificio para aterrizar con precisión en el centro de la diana y obtener así las mejores posiciones.
Las rondas clasificatorias comenzarán a las 8.00 horas del sábado, por la tarde será la jornada de saltos de exhibición y el domingo desde las 8.00h se disputarán las semifinales y la final.
El éxito del evento el año pasado en Ponferrada hizo que los organizadores -Base Jump EWC- hayan vuelto a elegir la Torre de La Rosaleda (la más alta de Castilla y León, con 88 metros de altura) por la espectacularidad de su salto.
La prueba ya se ha celebrado en la Hoz de Jaca (24 y 25 de junio) y en Ronda (15 y 16 de julio). Después de Ponferrada el circuito español seguirá en Benidorm el 22 y 23 de septiembre.
En el ecuador de la competición, los saltadores ingleses Harry Hill y Thomas Berryman se sitúan respectivamente en primera y segunda posición en la clasificación general. Entre los españoles, José Antonio Sánchez es el mejor situado. Los competidores participarán este viernes en el briefing técnico que tendrá lugar en el hotel Celuisma, anexo a la torre que albergará la prueba.
La especialidad del salto base se diferencia del paracaidismo clásico en el hecho de que los saltos no se realizan desde aviones sino desde lugares estáticos, lo que provoca que la altura del salto sea mucho menor. Esta diferencia condiciona totalmente este deporte y genera un riesgo que aunque controlado, es mayor que el del paracaidismo tradicional. La puntuación del salto varia en función de la destreza y la precisión en el aterrizaje, que debe realizarse lo más cerca posible del centro de la diana que se ubica en tierra.