En las últimas semanas, las noticias sobre la ubicación de parques eólicos a lo largo y ancho de la comarca berciana han sido goteo constante. De un tiempo a esta parte, como si de una nueva ‘tendencia’ se tratara, parece que el territorio berciano vuelve a ser ‘atractivo’ para nuevos proyectos, para una ‘reforestación’ que, en lugar de venir a embellecer nuestro paraje natural (seña de identidad indiscutible del Bierzo), vienen a coronar nuestros montes con enormes molinos de viento que no suelen ser bien recibidos por todos.
Lo anuncian, eso sí, como oportunidades de empleo y como una gran alternativa de desarrollo y generación de energía sostenible. Sin embargo, tanto o más frecuentes que los anuncios de solicitudes de licencias de instalación y permisos medioambientales, proliferan los movimientos que se oponen activamente a los parques eólicos ‘made in’ Bierzo. Iniciativas vecinales que parten en marchas reivindicativas, colectivos culturales, asociaciones ecologistas, organizaciones turísticas, alcaldes e incluso federaciones del Camino de Santiago, la fuente de la que mana gran parte del pulso turístico de la comarca -y la provincia-, han alzado su voz para tratar de frenar o, por lo menos, modificar los planes para evitar que el bello paisaje berciano se convierta en una pesadilla para el delirante caballero Don Quijote.
La viñeta de la semana de nuestro dibujante de cabecera, Daniel Buitrón, recoge con su visión más ácida y humorística, la proliferación de parques eólicos coronando las montañas bercianas.
