Las chimeneas de Compostilla aguantan. Aguantan idas y venidas por parte de las administraciones, empresas y organismos desde hace más de 40 años. Estos días, mientras la espesa niebla se estanca en Ponferrada y parece querer quedarse durante las primeras semanas del recién empezado año, las icónicas chimeneas de la central sobresalen de entre la bruma para recordar de su resistencia y resiliencia.
En las últimas semanas, estos símbolos del paisaje e historia del Bierzo han vuelto a ser protagonistas después de que la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte desestimase la incoación del expediente de declaración de Bien de Interés Cultural de las dos torres de refrigeración y chimeneas de la central térmica de Compostilla II, tras conocer el último informe remitido por los expertos a la Dirección General de Patrimonio Cultural.
El motivo, según el gobierno autonómico, es económico: 20.296.015,63 euros, "y ello sin contar los costes de reparación y mantenimiento de las dos chimeneas que no han entrado en el estudio y la futura indemnización a Endesa. Dados los elevadísimos importes de gasto que vendrían aparejados a la declaración BIC de las dos torres de refrigeración y las chimeneas de la central térmica de Compostilla II, y teniendo en cuenta diversos criterios patrimoniales, se entiende que con dicha decisión podrían resultar seriamente afectados los principios de racionalidad, eficacia y eficiencia en la asignación y utilización de los recursos públicos", explicaron en la nota de prensa con la que dieron a conocer la noticia.
Por el momento se desconoce el siguiente paso, así como el futuro de las instalaciones de la eléctrica, sin embargo, grupos políticos como Coalición por El Bierzo, han desmentido el coste de mantenimiento presentado por el informe de la Junta y lo rebajan a 2 y 5 millones de euros.
