Las declaraciones de cuatro peritos reabren el caso de Sheila Barrero asesinada en 2004 en el puerto de Cerredo

Fue el 2 de agosto cuando la Fiscalía solicitó la práctica de estas nuevas diligencias, que consisten en la declaración como peritos de una serie de personas. Se trata de una serie de declaraciones que se celebrarán en sede judicial en el próximo mes de octubre

02 de Septiembre de 2019
Actualizado: 05 de Septiembre de 2019 a las 19:43
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Foto archivo 20 minutos

La magistrada titular del juzgado de primera instancia de Cangas del Narcea aprobó la petición del Ministerio Fiscal para que se practiquen nuevas diligencias acerca del caso de Sheila Barrero, la joven asesinada en 2004 en el puerto de Cerredo, situado en Degaña (Asturias) en su vehículo con un disparo en su cabeza.

El 2 de agosto la Fiscalía solicitó la práctica de estas diligencias, que consisten en la declaración como peritos de una serie de personas. Se trata de una serie de declaraciones que se celebrarán en sede judicial en el próximo mes de octubre. Acudirán para dar testimonio un facultativo jefe del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses y tres agentes del Departamento de Química del Servicio de Criminalísitica de la Guardia Civil.

Sheila Barrero, de 22 años, apareció asesinada dentro de su vehículo el 25 de enero de 2004 en las inmediaciones del puerto de Cerredo, a medio camino entre el bar de Villablino en el que trabajaba y su domicilio en Degaña (Asturias). Fue su hermano quien descubrió el cadáver con un disparo efectuado a corta distancia en la nuca, según determinó la autopsia.

Una de las hipótesis que barajó la Guardia Civil es que el asesino adelantó a Sheila con su coche y frenó delante de ella, haciéndola parar. La joven debía conocerle porque no intentó esquivar el vehículo y continuar por la carretera. Al parar, el asesino se metería en el coche de ella, concretamente en el asiento trasero, y le efectuaría el disparo en la nuca.

La policía detuvo en un primer momento a la ex pareja de Sheila, pero fue puesto en libertad al no encontrar pruebas concluyentes contra él, a pesar de haber hallado en sus manos restos de pólvora. Finalmente el juez que llevaba el caso decretó el sobreseimiento de las diligencias en 2008 por falta de autor conocido.

Catorce años después, a principios de octubre de este 2018, las autoridades judiciales asturianas han reabierto el caso tras el impulso a la investigación dado por la Unidad Central Operativa (OCU), aunque se mantiene bajo secreto de sumario.