El pasado año se produjo un fuerte incremento de la electricidad generada por el carbón como consecuencia de la sequía, que provocó una fuerte reducción de la producción hidroeléctrica que tuvo que ser compensada con combustibles fósiles.
Endesa emitió algo más de la mitad de todas las emisiones relacionadas con el carbón, seguida de EDP con un 21 por ciento, Gas Natural, un 12 por ciento, Viesgo, un nueve por ciento e Iberdrola un seis por ciento del total nacional.
El Observatorio de la Sostenibilidad explica que Europa tiene un compromiso de descarbonización completa del sistema eléctrico para 2050 y la mayoría de los países europeos tienen un calendario de cierre de las plantas de carbón.
En el caso de España, el 1 de enero de 2019 se cerrarán las minas de carbón que no puedan subsistir sin ayudas públicas, según establece la Unión Europea, lo que, según este informe, significa que cerrarán todas.
Un año y medio después, el 1 de julio de 2020, no podrán operar las centrales térmicas que no hayan realizado las reformas necesarias para reducir sus emisiones contaminantes. A este respecto, el informe sostiene que en el caso del CO2 no existe una solución viable económicamente, algo que, en principio condena la operación de las plantas de carbón.