Foto: César Sánchez / ICALLos agricultores bercianos encaran la campaña de recogida de este año con la incertidumbre de no conocer aún las consecuencias que las heladas registradas en varias zonas de la comarca a mediados y finales del pasado mes de marzo puedan haber provocado en los distintos cultivos. “Estamos a la espera de que caiga la flor para comprobar el posible daño en los frutos, en un par de semanas tendremos claro si hemos perdido cosecha por culpa de eso”, señaló el director técnico de la Asociación Berciana de Agricultores (ABA), Pablo Linares.
En ese sentido, Linares subrayó que cultivos como la pera conferencia y la manzana reineta, ambas reconocidas con un sello de calidad, pueden ser los más afectados por este tipo de fenómenos meteorológicos. El año pasado, las heladas primaverales redujeron la producción de pera conferencia a nueve millones de kilos, algo más de la mitad de una campaña normal. Por su parte, la manzana reineta, con un volumen de producción de dos millones de kilos, se vio menos castigada por la helada.
Cabe recordar que la Marca de Garantía pera conferencia del Bierzo cuenta con 170 productores inscritos y una superficie total de cultivo de 420 hectáreas. A su vez, la Denominación de Origen manzana reineta del Bierzo tiene inscritos 90 productores, con 96 hectáreas de superficie.
Más allá de este episodio de heladas, los primeros tres meses del año están siendo “húmedos”, lo que permite que los acuíferos de la comarca se recarguen de manera adecuada para afrontar la temporada estival. “Mientras no vuelva a helar, no hay problema”, asegura Linares, que avanza que la recogida de las variedades más tempranas de cereza podría arrancar a mediados de mayo.
Tras la puesta en marcha de la marca de garantía Cereza del Bierzo en octubre de 2016, el cultivo encadena cuatro malas campañas, con producciones mermadas por culpa de fenómenos adversos como las lluvias, las heladas y el granizo. En 2020, este fruto, el primero en el calendario de las grandes cosechas de la temporada sufrió unas pérdidas globales cercanas al 50% de una campaña normal, con una producción total de poco más de 1.000 toneladas.
Con tres zonas principales de producción, en las riberas de los ríos Burbia, Cúa y Oza, la producción total de este cultivo en las más de 200 hectáreas de cultivo existentes en la comarca se estima en unos tres millones de kilos al año y su repercusión en la actividad económica se calcula en más de tres millones de euros.
Foto: César Sánchez / ICAL