"Resulta claro que el objetivo de la norma es reconocer el derecho a esta prestación extraordinaria solo en el caso de que el trabajador autónomo se vea obligado a cesar completamente su actividad, sin que proceda tal reconocimiento cuando se permita mantener una parte de la actividad”, cita textualmente el informe de la Delegación General de Ordenación de la Seguridad Social.
Sin embargo, la situación ha tomado un nuevo rumbo este martes y parece que el viento por fin sopla a favor de los autónomos hosteleros. Todos aquellos negocios que se vean forzados a cerrar por las restricciones impuestas en su comunidad autónoma, tal es el caso en Castilla y León, podrán acceder a la prestación por cese de actividad extraordinario por impedimento de la actividad. Abre así la puerta la Seguridad Social, aunque la normativa permita el servicio para llevar y a domicilio. Asimismo, quedan exoneradas las cuotas a la Seguridad Social y el autónomo hostelero recibirá una prestación del 50% sobre su base mínima, que correspondería a 472,2 euros.
Se trata, no obstante, de una noticia agridulce. La argucia y letra pequeña dejan a los hosteleros que decidan mantener el servicio para llevar sin derecho a ayudas. A pesar de que este pequeño resquicio de actividad no es suficiente para rentabilizar el negocio que se ha visto obligado a reducir notablemente su volumen de trabajo.
Sea como fuere, la Seguridad Social ha alcanzado este acuerdo con las mutuas, de modo que para que el autónomo pueda percibir la ayuda, tendrá que acreditar una declaración responsable de que no están realizando ni entrega a domicilio ni servicio para llevar. El presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, ha anunciado -y celebrado- la noticia en su perfil de Twitter.
/>