En general, toda la Comunidad de Castilla y León vuelve con fuerza a su etiqueta de autonomía ahorradora (‘conservadora’), con máximos históricos en depósitos financieros frente a una inversión crediticia que sigue en caída libre y se acerca a sus niveles del año 2004.
Sin embargo, la Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León (Cecale) asumió que ”no es buena noticia” que permanezca en Castilla y León esa mayor tendencia al ahorro; pero además expresó su preocupación por la “menor propensión” a la inversión.
Una situación, la del inversor, que a su juicio está “coaccionada por excepcionales acontecimientos externos”, como es el Brexit y las guerras comerciales cuando la economía opera de forma global; y la ralentización económica en ciertos países con los que la Comunidad mantiene estrechas relaciones comerciales, como es el caso de Alemania.
La patronal apuntó asimismo como factor esencial de esta tendencia a la “parálisis” en la que está inmersa España por la “maltrecha situación política”. “Hechos todos ellos que no han hecho más que alentar la incertidumbre”, resumieron.
En este contexto, exigieron una vuelta del panorama político de España a “un estadio de estabilidad, con el objeto de generar un clima de certidumbre indispensable aunque no suficiente para atraer inversión productiva y, así poder crear empleo estable”.
Asimismo, reclamaron reducir la presión fiscal empresarial, porque España en relación al resto países de la UE, “aún soporta las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social más elevadas; reduciendo así su nivel de competitividad”.