Los tres supervivientes del comercio en la emblemática calle El Rañadero

23 de Junio de 2019
Actualizado: 19 de Julio de 2019 a las 14:52
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rañaaa650
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Desemboca, por un lado, en la representativa plaza de la Encina y por el otro, en el característico puente de hierro que dio nombre a la capital del Bierzo, Ponsferrata. Une el corazón del casco antiguo con el centro de Ponferrada, con La Puebla. Los extremos de esta calle giran por el tiempo de la ciudad, arriba con las reconocida escalinata a la plaza, y  abajo con el mítico Cubelos, que casi renombró el puente al que se asoma.



La calle Rañadero vivió su esplendor en los años 20' a 60' del pasado siglo como arteria entre la ciudad vieja y el ensanche de La Puebla. Como una puerta entre la Ponferrada industrial y aquella villa. Entonces era un paseo  repleto en mezcolanza de comercios, gente, bullicio e historia. La que fuera una de las calles más transitadas de la ciudad de Ponferrada en los años 60 está hoy en ruinas, repleta de graffitis y desierta comercialmente. 

La relojería Gabaldón, la tienda Mr Natura y el restaurante Rañadero son los tres últimos supervivientes de esta vía. 

''Nos asentamos en esta calle en el año 1969. Había muchos negocios y pasaba mucha gente por aquí; La calle, que tenía el suelo de piedra, era muy bonita pero se fue deteriorando y llenando de graffitis''. Gabaldón cumple 50 años desde que abrió por primera vez las puertas de su negocio y la propietaria explica con orgullo que ''el negocio va bien y pienso seguir unos años más''. Los clientes que acuden a su relojería son los de toda la vida y los peregrinos que pasan por esta calle, que ''vienen a arreglar sus relojes''. Asimismo desvela que el secreto de su supervivencia en una calle en decadencia ha sido el boca a boca de una generación a otra y el paso del Camino de Santiago. 

La tienda anexa a la relojería Gabaldón es Mr Natura, un comercio dedicado a la venta de productos para huerta y semillas de cannabis de autoconsumo. Este negocio se instaló en el Rañadero hace 18 años y su propietario recuerda que ''la calle era preciosa y, aunque cuando llegué ya estaba en declive no estaba tan abandonada como ahora''.  Con pocas esperanzas explica que ''siempre ha habido intención de arreglarla pero nunca se ha hecho''. La clave para perdurar durante tanto tiempo coincide con la de Gabaldón: ''los peregrinos, el boca a boca y los clientes de toda la vida''. Además, el dueño resalta que no hay facilidades para los pocos comerciantes de esta calle abandonada pues ''hay problemas para meter el coche de los repartidores por las horas establecidas y las restricciones, creo que se podría hacer de otra manera''. 

El restaurante Rañadero lleva dando comidas 13 años y fue una apuesta renovada por la calle. El propietario asegura que cuando llegaron a esta calle en 2007 ''estaba mejor que ahora pero no mucho mejor''. Los dueños del restaurante se asentaron en esta calle por un motivo emocional, y es que una parte de la familia vivió allí toda la vida. Por aquel entonces ''la calle estaba llena de comercios, pescaderías, tiendas de souvenir, bares...'', destaca el dueño que además reconoce que ''es lamentable la idea que se llevan los peregrinos'' de esta vía.  

 

Calle Rañadero en 1925 //VRedondoF

 

Calle Rañadero en 2019 // Mario de La Torre