Las antiguas instalaciones de Frimols en Molinaseca volverán a cobrar vida, pero con un destino totalmente distinto al sector del embutido berciano. Estas instalaciones, que albergaron la primera comercialización del botillo del Bierzo, contarán con un proyecto de futuro, tras la compra de las naves y terrenos por 360.000€, un precio inferior al que resultaba tras la valorización efectuada por los arquitectos municipales, que rondaría más del millón de euros.
Una decisión que ha sido aprobada en pleno, tal y como constata Alfonso Arias Balboa. "El Ayuntamiento ya está trabajando en dos proyectos. Uno de ellos sería la instalación en los techos de placas solares y hacer una comunidad energética, para hacer el espacio autosuficiente, y si producimos más lo destinaremos al alumbrado público. Y por otro lado, el equipo de arquitectos está trabajando en la medición de toda la estructura de Frimols, ver su estado actual y sus mediciones, para estudiar las ubicaciones de los posibles proyectos que albergará en el futuro".
En la misma línea, el alcalde de Molinaseca afirma que "en principio, los proyectos que tenemos en mente para las naves de Frimols es una comunidad energética, un vivero de empresas, un cooworking orientado a la innovación, pequeñas viviendas para aquellas personas que vengan a desarrollar sus proyectos a las instalaciones de Frimols y una planta de transformación de productos de las huertas de Molinaseca, para más tarde ser vendidos (pimiento asado, tomate frito casero...)" añadiendo que "es un proyecto a medio largo plazo que permitirá la dinamización económica. Es un proyecto positivo y una apuesta de futuro, que fomentará la creación de empleo".