Según informa en una nota de prensa, la situación sanitaria actual está influyendo gravemente sobre el turismo y la hostelería, clientes principales de las bodegas, por lo que muchas tendrán que disminuir la adquisición de uva.
“Para que nadie se quede atrás, algo que supondrá un aumento en sus costes y stock de vinos, al disminuir el consumo en los mercados por la crisis sanitaria y económica”, argumenta la Bodega.
Esta decisión se debe, según señala Carlos Villar, director general de la bodega, “a cuidar a los más vulnerables en nuestro entorno, en los momentos más complicados; nuestro propósito como bodega no es solo hacer grandes vinos y ofrecer rentabilidad a nuestros accionistas, sino también seguir apoyando a la sociedad en lo que esté en nuestra mano”.
Por otra parte, ahora que se renueva el plazo de los ERTE, la bodega sigue con su política de proteger a sus empleados no acogiéndose a esta posibilidad para asegurar la tranquilidad y poder adquisitivo de su capital humano.
Protos sigue vendimiando en la Ribera de Duero, todo a mano, con lo que genera trabajo para unas 500 personas durante sus 15 días de vendimia. También la bodega ha demostrado estar cerca del sector hostelero a través de iniciativas solidarias llevadas a cabo durante este 2020 con el objetivo de ayudarles en estos momentos tan complicados.