Rita Prada reconoce la división en la agrupación socialista: "En Ponferrada hay dos sensibilidades que predominan en el conjunto de la agrupación y nos ofertaron conformar una lista única para acudir al congreso, que a su vez estaba conformando otra lista de integración para unirla y enviar a los delegados al Congreso autonómico".
Tras valorarlo, y dejar la "confrontación atrás", aceptaron hacer una lista única aprobada por toda la asamblea y presentarla en León. Prada recuerda la condición que pusieron para enviar una lista única: que los representantes fueran en proporción a los más votados en la última Asamblea. "Pero rechazaron a los compañeros que propusimos y el número de participantes que nos concedían". En este sentido cuestiona la designación de Aníbal Merayo, ya que "no puede ser delegado una persona que ha hecho tanto daño". "La guinda fue que había un militante que no era militante y lo ponían de delegado (en alusión a Aníbal Merayo), y nos dijeron 'si queréis lo cogéis, y si no, os vais'.
En todo este proceso que terminó con la elección de determinados militantes como delegados al Congreso, Rita ve la mano "oscura" de Ibán García del Blanco, el ex secretario Federal de Cultura y aún con peso en la estuctura leonesa del partido. Prada cargó con dureza con sus 'estrategias'. Así, le dedicó lindezas tales como "personaje oscuro, rencoroso, mal intencionado, incapaz de dar la cara en cuestiones honestas, corto de miras, pero que no sean las suyas propias, siempre escondido, esperando el momento para hacer daño, incapaz de mostrar inteligencia, porque carece de ella, políticamente incorrecto y con un ego tan alto que no repara en medios para hundir a los demás".