Beatriz, Mercedes, Rosa, Josefina, Verónica y Dolores, seis mujeres con discapacidad intelectual pertenecientes a Asprona Bierzo, recorrieron este jueves el Camino de Santiago entre Molinaseca y Compostilla para evaluar su accesibilidad cognitiva con el objetivo valorar si su señalización y sus servicios de información y albergues son fáciles de entender para todas las personas y aconsejaron unificar señales para facilitar el camino.
En ese recorrido, de unos diez kilómetros, las evaluadoras se fijaron en la señalización y consideraron que algunas señales “son difíciles de entender”, por lo que aconsejaron que la concha del peregrino que se utiliza para indicar el Camino vaya siempre acompañada de una flecha o unificar las señales. “En el cruce de la urbanización Patricia hay tres señales y flechas en el suelo que son muy confusas y nos ha costado decidir por donde seguir”, explicó Verónica.
Ese es también el punto en el que ha encontrado mayor dificultad Josefina, aunque todas han llamado la atención sobre el cartel que acompaña a las señales en el tramo de Molinaseca que indica ‘Precaución: tramo común con la LE-142’ y reconocieron no entenderlo, por lo que propusieron “un lenguaje más sencillo que deje claro que la LE-142 es una carretera”.
Ese tipo de carteles suponen una dificultad mayor para Dolores, que carece de lectoescritura, por lo que apuntó que “un pictograma lo haría más fácil de entender”, ya que “las flechas y el uso del mismo color es lo que me ayuda más a seguir el Camino”.
Las usuarias de Asprona Bierzo prestaron atención a la información de apoyo y a los albergues que se encontraron en la etapa, aunque no pudieron acceder a ninguno de ellos. “A mi me ha gustado mucho la sensación de estar otra vez con los compañeros y revisar que la ruta esté bien señalada”, explicó Verónica, quien apreció que el tramo urbano de Ponferrada ha sido más fácil de realizar con señalización frecuente.
Fotos César Sánchez / ICAL