Estas decisiones surgen después de que la empresa ofreciese a los empleados que pertenezcan a un grupo de riesgo (enfermedades respiratorias o cardiacas, inmunodeprimidos, diabéticos, embaradas o hipertensos) solicitar la baja médica, añadiendo que “aceptarán los partes con fechas posteriores debido a la saturación de los servicios sanitarios, comunicándolo vía email aunque no cuenten aún con dicho parte”. A su vez la empresa les dio la posibilidad de solicitar vacaciones o una excedencia de 15 días.
Por su parte, el Comité de Empresa -integrado por CGT, CCOO, Csif y UGT- anunció que estas medidas les parecen “insuficientes” y, por ello, “estamos trabajando en las medidas legales para conseguir el cierre del centro y garantizar la salud de todos los trabajadores, con la máxima responsabilidad para no poner en riesgo nuestros puestos de trabajo, ya que el cliente amenaza con rescindir el contrato ante la aplicación de un ERTE”.