El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) define el término ‘leyenda’ como una “narración de sucesos fantásticos que se transmite por tradición; relato basado en un hecho o personaje reales, deformado o magnificado por la fantasía o la admiración”.
Partiendo de esta base, las leyendas se remontan a siglos atrás y se han transmitido de generación en generación.
Desde la célebre mitología griega, pasando por algunos relatos de diferentes ideologías religiosas, hasta fábulas basadas en acontecimientos históricos, sin olvidar las leyendas con más arraigo en los pueblos: las que se susurran entre sus calles, las que relatan los mayores a los pequeños, las que forman parte de la identidad de sus gentes. Si algo tienen en común todas las leyendas, es esa fina línea entre algún hecho puntual real que se ha mezclado con lo fantástico.
Por supuesto, El Bierzo no iba a ser menos, y abundan en esta comarca las leyendas de todo tipo. Pero en esta ocasión ahondamos en las leyendas sobre tesoros ocultos, como si se tratase de una historia de piratas o de una filosofía bíblica, o hasta un cuento infantil, son muchas las rumorologías sobre tesoros ocultos en las tierras bercianas. Algunas de estas leyendas se remontan a la época del Bierzo romano y prerromano, y otras hacen alusión a la Edad Media o la ocupación mozárabe en España.
Sea como fuere, existen leyendas sobre tesoros ocultos en El Bierzo que, en muchas ocasiones, van ligados a moralejas y sabiduría popular y, en otras, son pura mística. Sobre ellas hicieron un estudio en 1981 los arqueólogos Tomás Mañanes Pérez y José Luis Alonso Ponga. Algunas hablan de animales de oro, remontándose a culturas donde los animales eran venerados; otras sostienen la existencia de cofres malditos y a su vez llenos de riqueza, sobre los que pesa la posibilidad de enriquecer o acabar con la vida de quien los encuentre… En InfoBierzo las ubicamos en el mapa para repasar las leyendas sobre los tesoros ocultos en El Bierzo.
Por ejemplo, cuenta la leyenda que en San Tirso, en Villanueva de Balboa, y en Castañeiras de Balboa se esconden yugos de oro; en Páramo del Sil habría unas mulas de oro junto a una bola también de este preciado material.
Se dice que en Villar de las Traviesas, debajo de “peña escrita” hay un tesoro o un gas venenoso. Quien levante la piedra y lo encuentre, podría correr la fortuna de hacerse rico, pero si fuese un gas venenoso lo que esconde la roca, fallecería todo el pueblo.
En Cacabelos, en el pago conocido como "el picón", hay una corza de oro macizo enterrada; en "Ceruñales" (Noceda) se señala la existencia de una cabra de oro; en un yacimiento vecino a las minas romanas, se habla de un manto de oro.
Un rumor parecido corre por la historia ancestral de Turienzo Castañero. Dicen que en sus tierras hay ocultas dos arcas, una de ellas llena de oro y otra llena de azufre. Si alguien encontrase la primera, enriquecería a toda España, pero si hallase la segunda, moriría envenenado todo el país. En definitiva, las leyendas, leyendas son, pero forman parte ya del colectivo popular.