Una mina del Bierzo en el centro de Madrid: El suelo guarda la 'gemela' para aprender de sus entrañas

02 de Mayo de 2022
Actualizado: 25 de Mayo de 2022 a las 14:21
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En pleno corazón de Madrid, en el castizo distrito de Chamberí y a unos metros de la boca de metro de Ríos Rosas, se levanta la Escuela Técnica Superior de Minas y Energía de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y en cuyo subsuelo late todavía una pequeña mina de carbón, aunque de ella no se haya extraído nunca ni una ‘grana’.

A ella no la ha cerrado definitivamente la decisión del Consejo de Europa, sólo la mantiene temporalmente sin visitas la COVID-19, unas obras de reforma y los trabajos para solucionar un problema de filtración. “En cuanto podamos volveremos a abrir”, cuenta el coordinador del Museo Histórico Minero Don Felipe de Borbón y Grecia, Christian Peña.

Esta mina-museo lleva el nombre de su 'padre', Marcelo Jorissen El Belga, el mismo ingeniero que “concibió” a sus 'hermanas' de Laciana y el Bierzo como alma máter de la Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP). Un gran hombre que, precisamente, acaba de ser incorporado a la Real Academia de la Historia con un perfil escrito por el lacianiego Víctor del Reguero (Consultar aquí).

El interior de la mina experimental de Marcelo Jorissen. Foto: Instituto Geológico y Minero de España IGME.

Desde los años 60

En su libro ‘Las gafas del Belga’, Del Reguero ya relata el traslado de Jorissen a Madrid, donde es nombrado a principios de 1955 profesor titular de la cátedra de Laboreo en la Escuela Superior de Ingenieros de Minas y unos años después se pone al frente de esa institución como director, cargo que ejercerá entre los años 1961 y 1967.

Fue precisamente en esos seis años, cuando Jorissen ordena la construcción de esta mina experimental en el subsuelo de la propia escuela, con el primer objetivo de que sus estudiantes pudieran realizar prácticas de campo y laboratorio para simular casos reales de construcción y entibación de una explotación subterránea. De esta manera, los futuros ingenieros de Minas se podían familiarizar con los elementos de entibación y métodos de explotación, pero evitando los largos y costosos desplazamientos a las minas de León y Asturias.

“La idea, personal y en la que pone especial entusiasmo en su etapa como director, se ve ayudada por el arquitecto del Ministerio de Educación, Felipe García-Escudero, el secretario de la Escuela, José Antonio Bris Herrera, y el catedrático Luis de la Cuadra Irizar”, escribe Del Reguero. Así, la empresa Agromán construye esta fiel representación de la minería de carbón de la España de los años 60 y con todos los elementos presentes en una mina real.

De esta manera, se dotó a estas instalaciones de un plano inclinado para dar a la entrada a la instalación, un pozo vertical, anchurón (excavación de grandes dimensiones) de doble vía, sala de compresores y bombas de aire comprimido, equipos de salvamento y lampistería, una galería de 50 metros con los distintos tipos de entibación y otra galería de 13 metros unidas por un pozo de ventilación y dos capas de carbón (vertical e inclinada) con los medios de arranque y testeros.

Marcelo Jorissen, durante una conferencia sobre la ventilación en las minas. Foto: Las gafas del Belga, Víctor del Reguero.

20.000 visitantes al año

En 1967, llega el momento de jubilarse y abandonar la escuela, con lo que sus compañeros deciden homenajearle y dedicarle su “obra”, llamando a esta construcción ‘Mina experimental Marcelo Jorissen’. Cuando se inauguró bajaban a esta mina experimental sólo los alumnos de la escuela y sus profesores. “No había un régimen para otro tipo de visitas”, puntualiza el ingeniero y coordinador del Museo Histórico Minero Don Felipe de Borbón y Grecia, Christian Peña.

No sería hasta los años 80 que la mina impulsada por Marcelo Jorissen se abriera al público y a otro tipo de visitante, siempre compaginándose con su utilización por parte de los estudiantes de Minas que siguen utilizando como modelo esta explotación basada en la extracción de carbón.

Peña destaca el interés que despierta esta mina-museo, como demuestran los más de 20.000 visitantes que recibieron en 2019.

Una visita a la mina-museo Marcelo Jorissen

Christian Peña nos explica que la visita comienza ya en la superficie del patio de la escuela, donde podemos observar un castillete real, perteneciente al pozo Mirador y que fue regalado por la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya en el año 1968. Este castillete metálico estuvo en funcionamiento en Minas del Centenillo (Jaén) entre los años 1897 y 1963. Por él se sacaron unos cinco millones de toneladas de mineral de plomo, según se puede leer en el cartel adosado en su estructura.

Una vista al pozo vertical, con cuatro metros de diámetro y 15 metros de profundidad, que está dotado de guiadera Briart con dos jaulas (así se denominan a los ascensores mineros) de un solo piso y actualmente deshabilitado. El acceso a la mina no será este, sino una escalera que discurre paralela al plano inclinado que se usaría para la extracción del mineral y en el que se conserva una vía para las vagonetas.

En el patio hay un castillete real, perteneciente al pozo Mirador de Minas del Centenillo Jaén), de 11 metros de profundidad. Foto: R. Isasi

Entrada a la mina de Marcelo Jorissen en Madrid, a través de un plano inclinado. Foto: R. Isasi

 

El recorrido sigue en el interior con la reproducción fiel de una galería y un pozo minero de carbón, con los diferentes tipos de entibación o sostenimiento, vagonetas, vías o raíles, maquinaría de extracción, ventilación y desagüe. Nada más bajar, nos encontramos con una galería de unos 50 metros que termina a la izquierda en el pozo con una sala contigua de bombas, equipada para el achique de agua del fondo del mismo y con los mandos del alumbrado eléctrico que lleva toda la galería del tipo antigrisú.

A la derecha,  la galería se prolonga hasta llegar a la altura de la calle Ríos Rosas. En este lateral se han simulado diversos tipos de revestimiento y entibación (hormigón, madera en cuadros de distintos tipos y arcos metálicos deslizantes) con algunas de las principales instalaciones de una mina.

En este recorrido podremos ver dos tipos de explotación diferentes de carbón mineral en función de la aparición de este en capas subhorizontales o subverticales. El visitante verá desde un tramo de mina entibado con pernos, bulones de anclaje y una malla metálica a otro revestido con cemento proyectado (gunitado) u otro que emplea una entibación típica de madera con mampostería y bastidores.

En la galería se encuentran todos los elementos presentes en una mina real para la entibación y la extracción de carbón. Foto: R. Isasi