Las obras de la central de biomasa, situada en el barrio de Compostilla, finalizaron en el mes de enero con previsión de iniciar su actividad en marzo, algo que se vio paralizado con la pandemia del Coronavirus, por lo que la nueva fecha fijada es en octubre. La licencia para construir la red de calor se concedió en octubre de 2018 a través de Somacyl (Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente) con un presupuesto de más de 3 millones.
Además de las viviendas particulares, queda definir los edificios municipales que se abastecerán de la energía generada en esta planta, entre los que podrían incluirse el Campus de Ponferrada y la UNED, la estación de autobuses, el Centro de Salud Ponferrada II (Pico Tuerto), el pabellón Lydia Valtinín o el rocódromo.
Durante este proceso ha sido varias las denuncias de los vecinos del barrio de Compostilla "por irregularidades", mostrándose contrarios desde el principio a la red de calor. Por su parte, el Ayuntamiento de Ponferrada avaló en su día la “trasparencia” en la tramitación de la red de calor y aseguró que “nunca iríamos en contra de los vecinos”.