En la Comarca las dos cooperativas y la bodega Prada a Tope, apuestas por la comercialización de este vino 'aderezado' que forma parte de la tradición semanasantera del Bierzo y su ronda.
Más allá, particulares y negocios hosteleros apuestan por su 'pócima' casera.
Las semanas de cuaresma son de constante trabajo para las bodegas bercianas que producen la bien querida limonada que caracteriza la ronda popularmente conocida como 'matar judíos'. Sin dejar de lado sus obligaciones diarias, muchos bodegueros en la comarca hacen una importante apuesta por un producto que causa furor en Semana Santa en El Bierzo y que busca romper la estacionalidad. Se trata, por supuesto, de la limonada, la bebida tradicional en los meses de marzo y abril. El vino de las vides del Bierzo se endulza con azúcar, pero también con frutas y canela para llegar al producto final, la limonada, aunque todas tratan de una forma 'personal' y con algún ingrediente que se guardan.
Pero precisamente el punto fuerte de la limonada tiene una contrapartida evidente. El hecho de que se consuma en grandes cantidades sólo en Semana Santa y principalmente en la comarca es la debilidad de esta bebida. Por ello, los bodegueros buscan la desestacionalización y la expansión del mercado de la limonada, eso sí, con grandes dificultades. La esperanza que tienen es que llegue el día en el que la limonada sea una enseña del Bierzo en todas las partes del mundo y en todas las épocas del año.
En la cooperativa de Camponaraya, Viñas del Bierzo, la producción de Limonada ha alcanzado las 20.000 botellas de su tradicional limonada. "Partimos de un vino mencía base, que se macera de 15 a 20 días con naranja, limón, manzana, higos, uvas pasas y granos de café", explica Lorena Castro, enóloga de la cooperativa. El filtrado es suave, lo que lleva a que en el producto final se encuentren precipitados de las frutas utilizadas.
Este es el séptimo año que Viñas del Bierzo prepara su propia receta de limonada. Otro año más en el que casi la totalidad de la bebida se venderá en la comarca y en estos meses del año. "Vendemos algo en España y también el resto del año, pero muy poco", afirma Castro. La Limonada de Viñas del Bierzo estará disponible en las grandes superficies, además de en las propias instalaciones de la cooperativa.
La Limonada de Vinos Guerra, la cooperativa de Cacabelos, ha sido sometida este año a un importante lavado de cara. Conscientes de que la imagen lo es todo, han llevado a cabo el diseño de una nueva etiqueta "enfocado al exterior", como explica su director, Ángel Gómez. "Es la típica mujer andaluza", con su abanico, una etiqueta destinada a llamar la atención en los mercados internacionales. Esta etiqueta, que comparten la Limonada y la Sangría de Vinos Guerra, buscará un hueco para la bodega berciana en Canadá, México, Alemania u Holanda.
Son 4.000 las botellas producidas de Limonada en este 2016 y tiene una fórmula tan "tradicional" como su etiqueta. Además, Vinos Guerra ofrece su producto en bag-in-box. El enólogo de la bodega, Miguel de Paz, explica que "maceran los cítricos y la canela con el vino durante tres o cuatro semanas y se le añade el azúcar correspondiente. No tiene muchos secretos", aunque lo cierto es que se guarda alguno para que la elaboración de la cooperativa de Cacabelos sea única.
"Nosotros hemos apostado por que se beba en todos los momentos", explica José Luis Prada, cabeza visible de Prada a Tope, que desde su Palacio de Canedo busca darle esa atemporalidad a la limonada. Con una producción de 18.000 botellas, la apuesta de la Limonada de Prada a Tope es la de usar materia prima de primera calidad, desde el vino mencía hasta los 1.500 kilos de fruta utilizados para la elaboración, "aunque no es una diferencia material, sino que todo forma parte de una filosofía", explica Prada.
Prada se enorgullece de ser uno de los pioneros en la producción profesional de la limonada. "Son ya 14 años", afirma, en los que el objetivo es siempre mejorar. "Si apuestas a la baja siempre habrá alguien haciéndolo más bajo. Nosotros apuntamos para arriba". No es de extrañar que con esa mentalidad Prado a Tope esté visible en el club gourmet del Corte Inglés, tenga su propio espacio en grandes superficies e incluso su propia tienda en Madrid.
