Arranca la implantación del registro de pruebas diagnósticas, antesala de los tiempos tope para evaluar a los pacientes

La futura norma de demora máxima permitirá a los usuarios acudir a un centro privado cuando Sacyl supere los plazos fijados

05 de Agosto de 2018
Actualizado: 10 de Agosto de 2018 a las 19:29
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hospital635
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Sacyl ya ha engrasado toda la maquinaria para comenzar a implantar en la primera quincena de este mes de agosto el sistema de registro de pruebas diagnósticas, el paso previo para contar con una lista de espera homogénea y real, similar a la quirúrgica, y que servirá para sentar las bases del futuro decreto de demora máxima, el que fijará el tiempo tope que debe esperar un paciente para ser evaluado por un especialista. En su defecto, podrá acudir a un centro privado para realizarse las pruebas, siempre con cargo a las arcas públicas.

El sistema permitirá acabar con la variabilidad y ofrecer una visión real de los tiempos, según avanzó a Ical el consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, quien precisó que a lo largo del verano se procederá a integrar la aplicación con el resto de sistemas de información de Sacyl, entre ellos Medora, Jimena y el anillo radiológico. Después, permanecerá en pruebas en el circuito interno de la Gerencia Regional de Salud para, a finales de septiembre, comenzar a ser testado por los profesionales. La siguiente meta, según el cronograma previsto, es que en octubre se implante en el Hospital General de Segovia y en el Santos Reyes, en Aranda de Duero (Burgos), para detectar errores y afinar las funcionalidades.

“Queremos que en octubre, a más tardar, estos dos hospitales hagan el pilotaje durante unas tres semanas para comenzar a extender la aplicación al resto de centros. En todo caso, los tiempos los marcarán las pruebas y el desarrollo. Sabemos que la implantación de un sistema de estas características no es sencillo. No vamos a limitar los tiempos, porque de lo que se trata es de hacerlo sin prisas, pero sin pausa, para lograr los mejores resultados”, sentenció Sáez Aguado a Ical. Lo cierto, reconoció, es que integrarlo con el sistema de historia clínica en Atención Primaria y Especializada, y también con el anillo radiológico, son “pasos complejos”. “La previsión es que el sistema de registro esté funcionando en todos los hospitales cuando acabe el año, pero, insisto, dependerá de desarrollo”.

Ordenación por prioridades

La aplicación permitirá que Sacyl disponga de un sistema homogéneo para indexar pruebas y, por tanto, con una visión más ajustada a la realidad de cuál es la lista de espera. Para ello, obligará a los profesionales a indicar si se trata de una primera prueba o de seguimiento, algo que en estos momentos no ocurre en todos los centros, ni servicios. Otra de las ventajas reside en que se ordenarán las pruebas por prioridades clínicas, cuestión necesaria para aplicar el futuro decreto de garantías de demora máxima que, a falta de su aprobación, marcará un tope de unos 15 o 20 días para una prueba preferente.

La herramienta conectará con el anillo radiológico de Sacyl, un sistema de última generación que permite a cualquier especialista hospitalario y al médico de Primaria consultar las pruebas readiodiagnósticas a las que ha sido sometido el paciente. Con ello, se evitarán duplicidades, al tiempo que se afinará en variabilidad clínica, ya que está prevista la universalización de un protocolo para reducir a la mínima expresión las pruebas innecesarias, algunas de las cuales en su día estuvieron indicadas, pero que hoy la comunidad científica ha demostrado que no sólo son innecesarias, sino que pueden causar más perjuicio que beneficio.

Plazos máximos

El hecho de que arranque el ensamblaje de la herramienta no garantiza que a finales de año pueda ver la luz el decreto de demora máxima en pruebas diagnósticas, un compromiso de Legislatura que marcará un nuevo derecho para los usuarios de Sacyl, como ya ocurre con las intervenciones quirúrgicas de prioridad 1, aquellas en las que el paciente debe ser operado en un máximo de 30 días.

En principio, la idea que maneja Sanidad es que ningún paciente tenga que esperar más de 15 o 20 días para ser sometido a una prueba cuando tenga carácter prioritario, ni más de tres meses cuando sea preferente. Por lo que respecta al resto, los pacientes ni prioritarios ni preferentes, Sanidad estudia marcar un tope, aunque como ocurre con la lista de espera quirúrgica podría dejarse abierto, sin límite de tiempo.

El decreto seguirá la filosofía de clasificar a los pacientes en función grados de prioridad, un sistema de ordenación de pacientes según su potencial gravedad que tiene más sentido que un sistema por tiempos de espera. “Jerarquizar en función de la gravedad permite acceder a los recursos y servicios a los que, en teoría, tienen un mayor riesgo”, sentenció a Ical el consejero de Sanidad.

Medidas de choque

Las claves para rebajar la lista de espera se recogen en el Plan Estratégico de Eficiencia y de Control y Reducción de las Listas de Espera del Servicio de Salud de Castilla y León (Preycles) para el período 2015-2019. En esta hoja de ruta, Sacyl fija las medidas de choque para construir un sistema que ordene a los pacientes según su potencial gravedad y también para avanzar en su atención. Entre ellas, recoge el impulso de las unidades de diagnóstico rápido, así como aumentar el rendimiento de la tecnología diagnóstica, también se apuesta por mayor coordinación entre Atención Primaria y Especializada, y por aumentar la capacidad de resolución del primer nivel.