Aire Limpio advierte de que estas cenizas volantes ya se consideraban como residuos en la anterior autorización ambiental, a la vez que diferencia entre la fase de molienda de clinker "tras el horno" a la de fabricación de crudo "previo a la calcinación en el horno" y "no como adición en la molienda de clinker en los molinos de cemento que Cosmos tiene autorizado actualmente en su planta de Toral". "Es decir", añade, "se pretende colar una autorización de facto para abrir el horno a la gestión de residuos, como una modificación no sustancial".
"Los efectos ambientales que conlleva no han sido evaluados en modo alguno sin que estén justificados los cálculos, procedimientos, medidas preventivas, y medidas correctoras de las emisiones de cenizas volantes del carbón a partir de los gases que se producen en un horno de clinker y su toxicología ambiental", señala Bierzo Aire Limpio, que añade que "con esta modificación se produce también un incremento de más del 50% en el uso previsto de las cenizas y materias primas previstas e incluidas en la autorización ambiental integrada de 2016". "La incineración en el horno", apostilla, "y el traslado a través de la comarca de estos residuos conllevará indudablemente una mayor incidencia sobre la seguridad, salud de las personas y el medio ambiente".
Asimismo, advierte de que esta modificación para incorporar 200.000 toneladas al año de cenizas volantes de carbón supone "quintuplicar por exceso el límite previsto recogido en la normativa sectorial vigente", por lo que la cataloga como una modificación "sustancial" que debería "someterse al trámite de evaluación de impacto ambiental".