Fotografía El País 1977Hace 40 años El Bierzo vivió uno de los peores accidentes de tráfico que se recuerdan en la Provincia. Veinticinco muertos y una treintena de heridos consternaron a la Comarca el fin de año de 1977. 61 soldados pertenecientes al Tercio Norte del Regimiento de Marina de El Ferrol tomaron el autobús con destino a Barcelona para pasar con sus familias la Noche Vieja. De madrugada, a las 4.30 horas, el autocar Pegaso en el que viajaban chocó violentamente con el camión de 22 toneladas 'Transporte Ignacio' de Ponferrada cargado de cebada. El kilómetro 380 de la carretera general de Madrid a A Coruña a su paso por San Miguel de las Dueñas se convirtió en escenario del drama. "Un horrendo espectáculo de los que quedan para siempre grabados en la mente", escribía entonces el cronista de ABC.

Especulaban al día siguiente todos los periódicos provinciales y nacionales sobre la causa del accidente. "¿Sueño o niebla?" se preguntaban. Uno de los dos vehículos invadió el carril contrario y ambos circulaban a gran velocidad. La mayoría de los soldados dormían. "La mayor parte de nosotros íbamos adormilados y no nos dimos cuenta de lo que pasaba hasta que oímos un ruido espantoso, como si arrancaran de cuajo una plancha metálica. Después el silencio entrecortado por gritos y lamentos", contaba un superviviente. "Solo recuerdo el gemido de mis compañeros y un amasijo de hierros", declaraba otro.
Diecisiete soldados y los dos conductores murieron en el acto. "Vi como el camión se nos venía encima", contaba Manuel Pardo Fernández, segundo conductor del autobús y superviviente del accidente. Otros siete soldados fallecieron de camino a la Residencia Camino de Santiago de la Seguridad Social en Ponferrada.

"Es milagroso que no hayamos muerto todos, el choque fue tan fuerte que el autobús ha quedado partido en dos por su línea tranversal". Efectivamente, la violencia de la colisión provocó que el autobús quedara literalmente partido por la mitad. Murieron todos los ocupantes de la parte izquiera en el sentido de la marcha salvo dos, Rodrigo Rodriguez Corrales y Francisco Díaz Llamas. Diez ambulancias se encargaron de trasladar a los heridos.
La mayoría de los infantes de Marina procedían de Cataluña, Andalucía, Extremadura y Madrid. Hoy los recordamos.
