Bárcena del Bierzo celebró este domingo un acto cargado de simbolismo y memoria con motivo del 65º aniversario de la finalización de las obras de la presa de Bárcena, una infraestructura clave en la historia moderna de la Comarca.
El acto fue organizado por la Asociación de Vecinos La Magdalena y presidido por su presidente, Gerardo Fernández, quien destacó "el valor histórico, humano y territorial que supuso la construcción de esta gran obra hidráulica sobre el río Sil en 1958".
Fernández rindió homenaje a “una obra de ingeniería que no solo transformó el paisaje físico del Bierzo, sino que también marcó un antes y un después en su historia económica, social y humana”. En su intervención, recordó que la presa supuso "un hito tecnológico y estratégico en un momento clave del proceso de modernización industrial de España, consolidando al Bierzo como motor energético del noroeste peninsular y promoviendo el regadío agrícola y un nuevo paisaje industrial".
Pero más allá de los logros técnicos, el presidente de la asociación quiso poner en el centro a las personas. “Esta presa también fue la historia de dos pueblos anegados, de familias desplazadas, de trabajadores que participaron en su construcción y de comunidades que supieron adaptarse con dignidad y esfuerzo a una nueva realidad impuesta por la modernidad”, afirmó. “Recordar es un deber colectivo”, insistió Fernández, apelando a instituciones, medios y ciudadanía a mantener viva esta memoria como símbolo de identidad y compromiso con el territorio.
La jornada comenzó con una misa solemne celebrada en la Ermita de Nuestra Señora del Rosario, reconstruida piedra a piedra tras el anegamiento de Bárcena del Río, un templo cuya historia se remonta a 1694 y que fue trasladado desde su emplazamiento original. Tras el oficio, intervinieron los alcaldes de los municipios ribereños del embalse, Toreno, Cubillos del Sil, Congosto y Ponferrada, además de la junta vecinal de San Miguel de las Dueñas, quienes también rindieron homenaje a los afectados por las transformaciones que trajo consigo la presa.
La jornada concluyó con una comida popular campestre, en la que vecinos, autoridades y asistentes compartieron una paella conmemorativa en un ambiente de celebración, reflexión y orgullo berciano. Gerardo Fernández agradeció el apoyo de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, la junta vecinal de Santo Tomás de las Ollas, así como la colaboración de medios de comunicación y vecinos por “mantener viva la historia”.
“Que este 65 aniversario sirva para seguir construyendo una comarca orgullosa de su pasado, consciente de su presente y comprometida con su futuro”, concluyó.
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