No es exactamente lo mismo -ni mucho menos- pero supone la versión “berciana” del Canei italiano. Un vino compuesto con las variedades blancas del Godello, Palomino, y la que da un toque para entrar en la gama de los 'dulces', la Doña Blanca.
Se sirve frío y en frío nace el vino, fermentado a 10º y con el corte también por frío a -2º, cuando alcanza el punto de azucar y alcohol (9 grados) deseados por la bodega.
Pero Bliss quiere ir más allá, y juega también con el concepto como parte de la 'mercancía' a vender. El término anglosajón expresa “alegría”, como explica el director de la Cooperativa, Pablo Franco, “queremos transmitir que es un vino joven, para una generación relacionado con un gusto por las cosas cuidadas, por la estética” y con cercanía al concepto 'diversión'.
Es el inicio de la reconversión de la bodega, que dará una vuelta en la 'figura' externa y en la 'fórmula' interna del histórico 'Guerra' -se presentará en febrero- y que con Bliss da el primer paso “hacia el nuevo público que busca vinos más elaborados y fáciles de entender, donde se expresen mejor las sensaciones que deja el vino” desde la boca al deseo de un 'trago largo', -repetir-.
Serán 50.000 botellas las que salgan a la venta, y que se pueden encontrar tanto en restaurantes y vinotecas, como en grandes superficies desde la próxima semana.
… Y tú ¿estás gris?.. O Bliss.
