El cine de Villablino, el último superviviente del celuloide rural

Su dueña, Verónica Moreno, nos cuenta las dificultades a las que se enfrentan los pequeños cines rurales a la hora de trabajar con grandes distribuidoras y espera con cautela el apoyo de las administraciones.

28 de Septiembre de 2017
Actualizado: 02 de Octubre de 2017 a las 11:40
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Cine de Villablino

Héroes rurales, así calificó el senador por Valladolid, Alberto Gutiérrez Alberca, a los cines que aún se mantiene en pie en los pequeños municipios, y es que fuera de los grandes circuitos de distribución, de los centros comerciales y de las grandes ciudades, también existen, o resisten algunos valientes que apuestan por mantener un negocio que ha dejado de ser rentable. No hace tanto que las salas de cine eran el lugar habitual de distensión y ocio, punto de encuentro y de entretenimiento durante el tiempo libre. En la actualidad sólo perviven seis salas de cine rural en la provincia, sólo una en las Comarcas del Bierzo y Laciana. A todas ellas afectará la moción aprobada por el senado el pasado lunes 25 de septiembre.

Una amplia mayoría voto sí en el Senado a la moción que instaba a proteger las salas de cine en núcleos rurales. Alberca señaló que estas salas se encuentran en peligro por “las importantes inversiones en reconversión tecnológica y la discriminación que sufren por los grandes distribuidores en la programación de películas de estreno”.

El cine de Villablino continúa proyectando películas gracias al tesón de su dueña, Verónica Moreno. Se muestra cautelosa ante la moción del Senado, “estoy un poco incrédula, ojalá que sea así, entre todos sumamos, somos un número más aunque seamos un número pequeño, lo que pedimos es seguir pasando películas”. Para ella, los mayores problemas del cine rural son el IVA cultural y la despoblación. Asegura que desde que se implantó el 21% “las ganancias son mucho menores y los esfuerzos mucho mayores”. En cuanto a la despoblación, a la pérdida común a muchos municipios se ha unido en este caso la sangría constante a causa del cierre de minas. “No existen puestos de trabajo y la gente que se va ya no se recupera”, sentencia.

El cine de Villablino, como ocurrió en el resto de salas, tuvo que hacer frente a la digitalización “sin ningún tipo de subvención ni ayuda”. En cuanto a los distribuidores, Moreno manifiesta que “el cine se mueve por números y muchas veces los pequeños no interesan, no tenemos población para llegar a la media de España”, por esto “aunque algunos sí nos apoyan con otros es imposible trabajar”. Según comenta, en este momento les gustaría proyectar Tadeo Jones, sin embargo, “nos ponen unas tasas y unos precios que es inviable”. Con una única sala y unos precios más bajos de lo habitual (cinco euros viernes, sábados y domingos y cuatro euros los lunes), Moreno ha conseguido contar con muchas cintas de estreno y proyectar cuatro y en ocasiones cinco películas distintas al mes.

Como en cualquier cine “la película funciona si la gente la quiera ver”. “Hoy en día las que mejor funcionan son las infantiles” pero también sostiene que el cine español “tiene mucha aceptación en esta zona, no sólo la comedia, también otros géneros como el de terror o el de suspense”. “Intentamos poner lo que la gente demanda”, afirma. Moreno se considera una afortunada, contrata películas de estreno como Thor o Blade Runner o “películas de estreno en segunda semana”.

Ella seguirá apostando por el cine. “La cultura tiene que llegar a todos los sitios en igualdad de condiciones”.