El compromiso adoptado por parte de Endesa es el de ir renovando mensualmente estos acuerdos hasta que se clarifique por parte del Gobierno cuánto carbón autóctono deben quemar y el precio de suministro de carbón a las térmica, es decir, a la espera de la publicación del nuevo mecanismo que sustituiría al expirado decreto de garantía de suministro, el cual incentivaba la quema de un número mínimo de toneladas anuales.
La firma de los contratos ha supuesto la venta de carbón a precio de mercado, según publica Diario de León, aunque también se señala que estaría por debajo de la cuantía recibida en el último año dentro del cupo que estableció el Ministerio de Industria. Una decisión que han tenido que adoptar los empresarios mineros, eso sí, con una cláusula de corrección del precio final al que se pagará el mineral, que dependerá de la decisión del Gobierno una vez haga público el nuevo marco regulador que fije cantidades y precios.
Un cierto alivio para las empresas de mineral autóctono, que confían en que Endesa mantenga su apuesta por el carbón de las cuencas de la zona en lugar de comprar el de importación.
Ahora, otro de los frentes abiertos que acentúa la incertidumbre de qué pasará finalmente con la central de Compostilla II pasa por acometer las inversiones necesarias para adaptarse a la normativa europea de emisiones y cuya fecha límite es octubre de este año. De momento, Endesa instalará en los tres grupos que permanecen activos plantas desnitrificadoras.