Las calles de Las Médulas, habitualmente transitadas por vecinos y visitantes, lucen este lunes un aspecto sombrío. Varias viviendas han sufrido daños por el avance de las llamas y el intenso calor, que ha ennegrecido fachadas y devorado aleros de madera. Algunas cubiertas han cedido, dejando a la vista vigas calcinadas, mientras que en otras casas el humo ha penetrado por ventanas y rendijas, impregnando paredes, techos y enseres con un olor a quemado persistente.
Las llamas también han destrozado el Aula Arqueológica de Las Médulas. La cubierta colapso en un primer momento y luego también se vino abajo el resto del edificio.
Los huertos y corrales que rodeaban muchas de estas viviendas han quedado reducidos a tierra oscura y ceniza, y las plantas ornamentales que daban color a patios y entradas se han marchitado por el fuego y el calor. En algunas calles, los cables eléctricos cuelgan flojos, derretidos por la temperatura, y el silencio apenas se rompe por el crujir de los restos y el paso de los equipos de emergencia que revisan cada inmueble.
El contraste con la imagen habitual del pueblo es sobrecogedor: donde antes había paredes encaladas, flores y madera viva, ahora se extiende un paisaje marcado por el hollín, la destrucción y el recuerdo reciente de una noche de miedo y evacuación apresurada. El Bierzo llora la pérdida de uno de los parajes emblemáticos que dan alma a la Comarca.
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