
La media en el año 2014 fue de 4.796€ de morosidad en el pago de alquileres en la provincia de León. La media de esta provincia doble a la de Castilla y León. Desde 2007 en la provincia, la morosidad en el pago a los 'caseros' se incrementa un 57,4%
En Castilla y León aumentó 60,2 puntos porcentuales desde el inicio de la crisis al pasar de un número índice de 134 en 2007 al 214,7 el año pasado, mientras que el importe medio de los impagos alcanzó los 2.534 euros, que es la cifra más baja de España.
Cuatro provincias registraron incrementos muy por encima de la media regional. Son los casos de Segovia, con un aumento de 160 puntos en su índice en el periodo analizado, seguido de Ávila (125,6 puntos), Burgos (116,1 puntos) y Soria (78,7 puntos). Posteriormente, aparecieron Salamanca (65,6 puntos más), León (57,4 puntos), Zamora (56,8 puntos) y Valladolid (55,5 puntos). Palencia es la provincia con la menor subida de la Comunidad, con el 24,1 puntos.
También hay importantes diferencias en cuanto a la cuantía media de los impagos por alquileres. Sorprende el dato de León que, con 4.796 euros, prácticamente dobla la media regional. También están por encima de ese registro Palencia (2.903 euros), Burgos (2.887 euros), Segovia (2.689 euros) y Salamanca (2.634 euros). La lista se completa con la cantidad de Ávila (2.648 euros), Valladolid (2.148 euros), Zamora (1.179 euros) y Soria (1.103 euros).
El FIM (Fichero de Inquilinos Morosos) es el principal registro de la morosidad en el país y se ha convertido en un indicador clave para determinar la evolución de los impagos en las relaciones contractuales de arrendamiento en las comunidades autónomas, tanto de personas físicas como jurídicas. El fichero se nutre de la información aportada por los usuarios arrendadores, los profesionales y la recopilación de otros datos públicos como estadísticas del INE y sentencias judiciales por desahucio.
Al ser una base de datos públicas, a la que pueden acceder los profesionales registrados en FIM, los interesados podrán comprobar si un inquilino ha tenido incidencias con otros arrendadores o, incluso, si cuenta con impagos de alquileres en cualquier lugar de España. De este modo, se trata de una “herramienta disuasoria” para evitar morosos “recurrentes”.