
El festejo de esta tradición comienza a primera hora de la tarde, cuando el pueblo se reúne para preparar las fachizas (atados de paja de centeno) que más tarde, cuando cae la noche, se quemarán a modo de fuegos artificiales moviéndose en todas direcciones y haciéndolos visibles desde el núcleo de población. La edad para participar en esta cita burbiana no es impedimento, ya que personas de todas las edades hacen y queman sus fachizas.
Haciendo una fachiza con paja seca. Fuente: Asociación Acebo BurbiaEstos peculiares fuegos artificiales se queman desde La Lagúa, una pequeña colina desde la que se divisa todo el pueblo. Así, aquellas personas que no suben a esta colina, visualizan y disfrutan de un espectáculo de fuego en las montañas que rodean el pueblo. El color rojo y vivo del fuego que quema la paja seca de las fachizas, se contrasta con la oscura noche que invade las montañas del corazón de Los Ancares Leoneses.
Esta tradición se considera de origen pagano y se le atribuye una relación directa con los rituales celtas, astures y visigodos, aunque también podría tener relación con las fiestas de las Candelas (fiesta cristiana). Este momento de oscuridad, fuego y tradición, es uno de los pilares de la identidad del pueblo de Burbia, que consideran este festejo como una de las tradiciones más arraigadas, junto con los maranfallos.


Fuente: Asociación Acebo Burbia