La localidad berciana de Burbia da nombre al río que discurre durante algo más de 40 kilómetros por valles estrechos y llanuras, siendo parte vertebradora del valle y haciendo florecer su belleza.
A 1.004 metros de altitud, en la sierra de Ancares, el río Burbia nace al resguardo del Pico Cuiña, de aguas silíceas es un río de fondo rocoso con pedrizas y gravas en sus tramos superiores y gravillas en los inferiores.
El tramo de cabecera del río Burbia destaca por su excelente estado de conservación, razón por la cual forma desde 2015 de los once primeros ríos de Castilla y León merecedores de ser declarados Reserva Natural Fluvial.
En su parte más alta discurre encajonado en un valle en forma de V con un cauce estrecho y algo sinuoso en pendiente moderada; a medida que desciende y cuando llega a Villafranca del Bierzo, el río empieza a abrirse, dando lugar a un excelente tramo de pesca con buenas tabladas y abundantes truchas. En esta zona se le agregan las aguas del río Valcarce.
La anchura media del cauce es de 10 a 15 metros en los tramos altos, y de 15 a 20 en los medios y bajos. A su alrededor crecen bosques de castaños y robles y de alcornoques y madroños, siendo esta la vegetación más común de su ribera.
El Burbia desemboca en el río Cúa poco antes que éste lo haga en el Sil, cerca de Toral de los Vados.
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