El juicio contra dos acusados por la presunta agresión y amenazas a Olegario Ramón, presidente del Consejo Comarcal del Bierzo y portavoz socialista en el Ayuntamiento de Ponferrada, ha quedado visto para sentencia. Los hechos se remontan al 11 de abril de 2024, durante una concentración de protesta contra la Ley de Amnistía frente a la sede del PSOE en Ponferrada. La sesión en la Audiencia Provincial de León no alteró las posturas de las partes, con la fiscalía solicitando cinco años de prisión para F.P.C. por un presunto delito de atentado contra la autoridad con agravante de discriminación y lesiones, y dos años para J.A.P.A. por amenazas. Además, se pide una multa total de 2.500 euros por lesiones y daños morales.
Posturas de la acusación
La fiscalía argumentó que los hechos tuvieron una clara motivación política. Según la acusación, el testimonio de Olegario Ramón es “coherente” y se corresponde con las imágenes de los vídeos presentados como prueba. El representante de la acusación particular subrayó que “no fue un altercado fruto del azar”, sino una agresión unilateral con insultos dirigidos específicamente contra Ramón, y no contra el PSOE. Esto, según la fiscalía, demuestra que los acusados conocían perfectamente a la víctima y lo atacaron “no como individuo, sino como máximo representante del PSOE en el Ayuntamiento de Ponferrada”.
El objetivo de la agresión, según la acusación, fue “sustituir la palabra por el puño, el debate por la patada y la razón por el miedo”. El letrado del PSOE en la causa insistió en la aplicación de la agravante de discriminación ideológica, argumentando que los acusados conocían los cargos de Ramón y que la agresión estuvo directamente relacionada con su posición política.

El testimonio de Olegario Ramón
Olegario Ramón declaró: “No vi al acusado. Apareció súbitamente. Me tiró el móvil y me dio varias patadas. Hice ademán de ir a cogerlo y me cogió por la chaqueta, por el brazo. Creo que solo le dije: pare”. Según su relato, el principal acusado le insultó gravemente, profiriendo expresiones como “asesino, como tu jefe, me chupas la polla”. Ramón explicó que se disponía a grabar con su teléfono a un manifestante que habitualmente utilizaba un megáfono en las protestas contra la ley de amnistía. “No dije ni una sola palabra”, afirmó, describiendo los hechos como “muy desagradables”.
La defensa del acusado de agresión
El acusado de agresión ofreció una versión radicalmente distinta de los hechos. “Él es el que fue a agredirme. Vi el móvil delante de los ojos y la reacción natural fue darle un manotazo. Calculó mal y lo acercó demasiado. No le pegué. Vi el móvil cayendo y le di una patada para arrastrarlo y que no se rompiera”, declaró.
Negación de las amenazas
El acusado de amenazar a Olegario Ramón negó rotundamente los cargos. Afirmó que los gritos de los manifestantes frente a la sede del PSOE en Ponferrada estaban dirigidos contra la Ley de Amnistía y contra el Gobierno, citando frases como “PSOE ladrón, ni obrero ni español”. El acusado, que declaró haber trabajado toda su vida como seguridad, aseguró que “no es mi estilo amenazar”.
Pruebas forenses y testimoniales
El informe forense ratificó la existencia de una “contusión y herida en la pierna” de Ramón, así como la necesidad de curas y drenaje del hematoma. Una trabajadora del PSOE municipal de Ponferrada testificó que el acusado principal “cogió a Olegario por el torso, lo empezó a zarandear y le dio en el costado y las piernas. Le cogió por el pecho y le propinó patadas por el cuerpo en general y le tiraron al suelo. Había un griterío general de los manifestantes y una actitud muy agresiva hacia Olegario”.

Argumentos de la defensa
La defensa argumentó que no existe agravante por discriminación ideológica y aludió a contradicciones en las versiones de los hechos. El abogado defensor señaló: “Está claro que no le dio patadas en el torso; se sintió agredido porque se acordó el señor Olegario y tuvo un acto reflejo de dar un manotazo y una vez que el móvil cayó al suelo, trató de darle patadas al móvil. Estaban agarrados mutuamente. Ni quiso lesionar al señor Olegario ni mucho menos por sus ideas sino contra el Gobierno. En ningún caso fue un delito ideológico”. La defensa insistió en que el acusado “no intentó agredir al señor Olegario; simplemente intentó defenderse”, describiendo el incidente como un “acto reflejo” que produjo una “contusión en dedo y rozadura en pierna”.
Última palabra de los acusados
En su turno de última palabra, el acusado de agresión insistió en que él “es una víctima” y que “aquí parece que soy el agresor”. Afirmó que “en los vídeos no se ve ninguna patada. Se ve que estoy con mi bandera y viene él por detrás”, y sugirió la existencia de vídeos manipulados.

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