Las portadas de todos los periódicos nacionales anunciaban el 7 de diciembre la aprobación de la norma señalando también el gran índice de abstención. Comenzaba así una nueva etapa en la historia del país y desde el primer momento surgieron comentarios que ponían en entredicho la legalidad del recuento apuntando a ciertas irregularidades en provincias como la vecina Ourense.
No obstante, los partidos mayoritarios, incluido el PCE, apoyaron de forma unánime el proceso convirtiéndose así en 'los padres de la Constitución', los autores del consenso, renunciando a propósitos más partidistass para conseguir un fin más grande. Las voces para solicitar una revisión de la Constitución no son nuevas pero hoy se escuchan más alto que nunca, para un texto que nació con el gran hito de no dejar a ninguno de los bloques políticos del país totalmente satisfechos.
Sacrosanta e inamovible para unos y desfasada para otros, la mayoría conviene en la necesidad de abrir un debate para actualizar una norma que este miércoles cumple 39 años.
Javier Alfonso Cendón, el berciano recién nombrado líder del PSOE leonés, asegura que a pesar del "agradecimiento a los demócratas que lo hicieron posible, ahora lo que toca es adaptarla a la España del Siglo XXI". Y es que efectivamente, las cosas han cambiado mucho desde 1978. El debate territorial, más violento que nunca, es uno de los puntos que el PSOE aboga por reformar. "España necesita cambios no solo por Cataluña, necesitamos un estado federal basado en el autogobierno pero también en la solidaridad", apunta. Además, dice, "es fundamental blindar el sistema de protección social, la sanidad y la educación". Cendón defiende así la reforma aunque sostiene que "no es una cosa que se haga de un día para otro, siempre da miedo abrir algo que ha funcionado durante tanto tiempo".
Para el berciano Eduardo Fernández, diputado nacional del Partido Popular, "ahora es casi imposible llegar a un nivel de consenso similar al que hubo en aquel momento". Según dice, los partidos que hablan continuamente de reforma "se mueven en la indefinición, las vaguedades y las generalidades". Señala así mismo que la Constitución "no está muerta, es una norma viva". Para llevar a cabo una modificación "es necesario saber cual es la propuesta concreta de cambio, requiere un objetivo y el más alto grado de consenso".
Rosa Luna, portavoz del grupo municipal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Ponferrada, considera "necesario" un debate sobre el modelo de Estado. Su partido es uno de los que más fervientemente se han aferrado a la norma constitucional para defender la unidad del país. No obstante, quieren caminar hacia "un estado más unido". Luna cree que el cambio es necesario para "eliminar el senado, el aforamiento, limitar los mandatos o para mejorar la ley electoral". Sin embargo, dice, "hay que pensar en todos y no en los partidos independentistas". Por eso, declara, hay que pensar "con quién y para qué".
El concejal bercianista y portavoz de Coalición por El Bierzo, Pedro Muñoz, asegura que "los nubarrones sobre la Constitución vienen de tiempo atrás". "Hay que tener mucho cuidado a la hora de modificarla porque sin el debido consenso general nos puede costar muy caro". Por eso, dice "siento inquietud cuando escucho hablar a líderes nacionales de la reforma para satisfacer únicamente a un territorio". Ante el argumento de que el 60% de los españoles no vivían cuando se aprobó la norma, Muñoz contesta que "tampoco vivía ninguno cuando se aprobó el Código Civil".
