Cuando los productos gastronómicos abren al Bierzo camino en otros puntos de España

Prada a Tope abrió la puerta con sus franquicias. Y ahora ya sopla el viento a favor de los productos bercianos, muy conocidos y valorados por los paladares

25 de Diciembre de 2017
Actualizado: 29 de Octubre de 2018 a las 17:18
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Hacer Bierzo fuera de la comarca a partir de la gastronomía fue el sueño hecho realidad de Prada a Tope, el pionero que sembró la semilla. Y esparció su ideario primero a través de franquicias como la que en Santiago de Compostela acabó por tener vuelo en solitario con la marca Bierzo Enxebre.

Plenamente identificadas con su filosofía, tres hermanas ensamblaron su ADN berciano en el espíritu abierto y cosmopolita del barrio barcelonés de El Raval para abrir un local colorista y con toque almodovariano que adoptó como nombre su apellido, Las Fernández.

Seguramente el ejemplo más reciente del tirón de los productos de la comarca en el exterior se encuentra en un puesto del Mercado da Guarda, en la Plaza de Lugo de A Coruña, donde una berciana de adopción lleva dos meses abriendo un hueco al botillo, la cecina, los pimientos asados o el vino. Sus olores y sabores hacen el resto.

bierzoenxebre6352 Bierzo Enxebre bierzoenxebre635 Bierzo Enxebre bierzoenxebre6351 Bierzo Enxebre

De Prada a Tope a Bierzo Enxebre en Santiago

Nacido en Quilós (Cacabelos), Daniel Lago López había sido camarero de Prada a Tope antes de encargarse de la franquicia abierta en el casco antiguo de Santiago en el año 1997 por el singular empresario agroalimentario. Fue en 2003 cuando decidió independizarse. Al consabido Bierzo quiso añadirle una palabra con resonancias y encontró Enxebre, entre cuyas acepciones están la de típico y característico de un lugar, pero también la de puro y virgen. “Y a mí me lo llamaba mi abuela como sinónimo de revoltoso”, cuenta por teléfono desde su local de la Rúa da Troia.

Lago López regresa a Galicia cargado de la huerta berciana cuando viene a Quilós. “No hay tomates como los de allí”, confiesa al citar las excelencias gastronómicas que ofrece en su restaurante, donde en estas fechas de frío tiene mucho predicamento el botillo. Al embutido rey le dedica incluso unas jornadas específicas con el acompañamiento como entrante de un caldo gallego y como postre de una crema de limón con castañas. Y es que la cocina berciana marida a la perfección en su carta con la gallega, entre la que destaca el pulpo o la zorza.

A la huerta y los embutidos (resalta el éxito de la cecina servida con aceite de oliva y virutas de queso de oveja) se unieron también los vinos hasta abrir un abanico de unas 25 referencias. “Y hay gente que ya los pide por el nombre”, señala con el ejemplo del tirón de los caldos elaborados por el enólogo Raúl Pérez para la bodega Castro Ventosa. Si en invierno presta el botillo al calor del interior del local, para el verano sugiere disfrutar en la terraza de un lacón cocido con pimientos asados. Bierzo Enxebre, que desde el año 2006 se complementa con la pensión Casa Felisa, ofrece los sabores de la comarca en la meta del Camino de Santiago.

lasfernandez635 Las Fernández lasfernandez6351 De izquierda a derecha, Berta, Beatriz (y su hija Estela) y Bibiana Fernández lasfernandez6354 El tablao de Las Fer

Las Fernández hacen Bierzo en El Raval

En otra esquina de la Península ibérica también ondea la bandera del Bierzo gracias a su gastronomía. Fue la primera seña de identidad de Las Fernández, la forma que encontraron tres hermanas (Beatriz, Berta y Bibiana Fernández) para sacar adelante un proyecto en común hace ya catorce años. Para ello eligieron un local del barrio de El Raval en un momento de apertura en la oferta culinaria. “Y nosotras apostamos por algo muy castizo como los embutidos”, señala Berta, que sigue al pie del cañón casi tres lustros después. Sus hermanas son ahora socias y colaboradoras en el local.

“Nuestra diferenciación fue El Bierzo”, proclama Berta antes de reconocer la expansión extraordinaria que en este tiempo han tenido los productos de calidad de la comarca hasta el punto de que ya son los menos los que se acercan al establecimiento sin saber de antemano lo que es un botillo. “Antes ofrecías los productos del Bierzo y la gente te preguntaba; ahora ya te los vienen pidiendo”, ilustra para subrayar el éxito de fórmulas para servir referencias emblemáticas “fuera de lo tradicional” como las croquetas de botillo, así como la cantidad de “adeptos y fans” que han generado otros productos como la cecina.

Desde ‘Las Fer’, que han contado y cuentan entre los proveedores con bodegas Mengoba o embutidos Frimols y El Pajariel, avalan el papel del comunicador Luis del Olmo como primer embajador del Bierzo en Cataluña. Ahora el turismo gastronómico también hace de palanca para convertir a los vinos con Denominación de Origen de la comarca un fenómeno “más reciente, pero más creciente” de consolidación en su carta. Las fronteras se diluyen en la mesa en este local que también tiene una "buena parroquia" de bercianos en Cataluña. "Este año ha sido bastante bueno", concluye Berta.

afrancachela6354 Olalla Cachafeiro y Luis Manuel Uzal, en A Francachela / César Quian / La Voz de Galicia afrancachela6352 A Francachela afrancachela6351 A Francachela

“¿Me podrías traer pimientos y botillo?”, le decían hasta hace un par de meses a Olalla Cachafeiro cada vez que cruzaba el Cebreiro para escaparse unos días a Ponferrada y regresar a Galicia. Nacida en As Pontes de García Rodríguez (A Coruña), vino de niña por el traslado de su padre al Bierzo, donde vivió de los 9 a los 20 años. Su idea de ayudar a la promoción de una comarca que pesa mucho en su corazón se acompasó con la iniciativa para montar en A Coruña un puesto similar a los gastrobares que había conocido un par de años atrás en un mercado de Barcelona. Ahora es ella misma la que sirve los pimientos y el botillo en un local del Mercado da Guarda en la ciudad herculina.

El Bierzo es protagonista del local hasta en un 95%, dice Cachafeiro, que trabaja mano a mano con su marido, Luis Manuel Uzal. El resultado es A Francachela, una concesión a la tierra gallega en un establecimiento que tiene como eslogan ‘Sabores del Bierzo y de Galicia’. “Por lo menos que el nombre sea gallego”, se dijo Cachafeiro, que encontró una palabra con resonancias que viene a ser sinónima de celebración: “Y eso es lo que necesitamos”. Allí elabora y sirve para tomar o llevar. Aprovecha las degustaciones gratuitas de los sábados para dar a conocer la androlla o el botillo y, de paso, diferenciarlo del butelo. “La cecina gusta muchísimo; también los embutidos; el lacón costó un poco más, pero ya hay asiduos; y también los pimientos, las mermeladas…”, cuenta.

A la hora de componer su carta de vinos, pidió consejo a Miguel Ángel Álvarez Gundín, propietario del Bar Restaurante Gundín de Ponferrada, al que le reserva espacio con una foto en su local. A Francachela, que también ofrece pinchos gratuitos a la manera berciana, ha emprendido el viaje. Y se aprovecha del viento a favor que sopla para los productos del Bierzo, muy conocidos ya en una tierra hermana como Galicia y cada vez más apreciados por los paladares, lo que se ha revelado como una buena forma de abrir camino para la comarca en otros puntos de España.