El comité de empresa de Compostilla reclama soluciones para la “devastación” que dejará tras de sí el cierre de la térmica

Los sindicatos exigen inversiones para la zona después de que la CNMC no emita observaciones a las autorizaciones de cierre de las instalaciones

28 de Abril de 2020
Actualizado: 04 de Mayo de 2020 a las 11:02
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compostilla980
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El presidente del comité de empresa en la central de Compostilla II, Juan Sobredo, reclamó que la clausura de la térmica berciana se acompase con inversiones que ayuden a superar la situación de “devastación” económica del territorio. “Ahora lo que haría falta es que el cierre fuera acompañado de soluciones para la situación que va a quedar en esta comarca; que igual que se nos quitó la forma de vivir, se nos otorgue otra distinta”, aseguró Sobredo, tras conocer que la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC) no emite ninguna observación a las autorizaciones de cierre propuestas por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) para las centrales térmicas de Compostilla II y La Robla.

En ese sentido, el presidente del comité reconoció que los informes de la CNMC reflejan “algo que ya sabíamos, que las centrales tenían una fecha límite del 30 de junio”. En las conclusiones de sus informes, la CNMC no plantea ninguna observación a las propuestas del Ministerio para autorizar a Naturgy el cierre de los grupos 1 y 2 de la central térmica de La Robla y a Endesa al cierre de los grupos 3, 4 y 5 de la central térmica de Compostilla II, ubicada en el municipio berciano de Cubillos del Sil. A partir de la autorización definitiva del Ministerio, las empresas propietarias dispondrán de seis meses para llevar a cabo los cierres y de cuatro años para acometer el desmantelamiento completo de las instalaciones.

Al respecto, Sobredo consideró que la posibilidad de que los antiguos empleados de las empresas auxiliares que operaban en la central participen en las labores de desmantelamiento de las instalaciones serán un mero “parche” que servirá para “paliar un poco a corto plazo” la pérdida de empleo, aunque subrayó que “esta comarca necesita soluciones y nos tememos que esas soluciones no servirán para paliar ni una cuarta parte de la pérdida de empleo, en el mejor de los casos”.

En el caso de la central berciana, las instalaciones han tenido una escasa producción en los últimos años, según confirma el operador del sistema, debido a las restricciones ambientales, la reducción de márgenes y el aumento de la generación mediante energías renovables. La central incumplirá a partir del 1 de julio los límites legales de emisiones y, por tanto, no podrá seguir en funcionamiento, a menos que se hubieran llevado a cabo en su momento fuertes inversiones para adaptarla técnicamente.

En esa línea, Sobredo remarcó que la parte social no se ha opuesto nunca al cierre de las centrales térmicas por motivos medioambientales pero sí ha exigido desde el principio “una transición justa como la que se ha hecho en otros países”. “Siempre instamos a que eso fuera así, pero no se nos escuchó”, lamentó el representante de los trabajadores, que aseguró que los sindicatos llevan “más de una década diciendo que esto iba a pasar”.