Llegó el 30 de junio, la fecha marcada en el calendario -la última de ellas- para que la obra arquitectónica del Museo de la Energía se viera finalizada. La realidad es que siguiendo el plan oficial, todavía va por la mitad. Todo ello ante la impasible actitud del director general de CIUDEN, Eduardo Castiñeiras, que declina declaraciones sobre las medidas para impulsar una obra ya 'atemporal'.
El silencio sigue siendo aberrante, y el director de CIUDEN, Eduardo Castiñeiras, rechaza hacer declaraciones incluso para aclarar qué pasos dará ahora la institución que preside para reclamar que los fondos públicos que se emplean en la obra se traduzcan en un 'hecho'.
Fuentes del gabinete de Comunicación sólo transmiten que Castiñeiras "no habla" ni de esto ni de otro asunto, sin autorización de "Madrid".
Sin embargo el eco de la foto habla por sí sólo. Las obras, en el día en que debía ponerse el último tornillo, siguen a medias... y todo después de 3 años.
Desde su llegada a CIUDEN, hace justo un año, sólo una rueda de prensa que no sirvió para aclarar mucho, y ahora aquellas escasas declaraciones ‘retratan’ únicamente incumplimientos respecto a esta obra.
En marzo de 2014 señalaba que la fecha de finalización estaba prevista para marzo de 2015. Incluso afirmaba que “hay mucho hecho que no se ve” a lo que añadía que “el nuevo edificio anexo se levantará deprisa”.
Y en enero de este año, superado también por las circunstancias, daba otra fecha "junio”. El vaticinio también está lejos de la realidad de las cosas, y su gestión para tutelar el avance y los plazos empieza a ser cuestionable.
Desde CIUDEN sólo afirman que "se están estudiando medidas" después de que la concesionaria de la obra ya comunicara a comienzos de mes lo que se suponía desde primavera, que no podía cumplir con el plazo de finalización marcada en el último contrato. Y lo hizo alegando escuetamente "dificultades propias de las obras" en esa comunicación.
De hecho, atendiendo a la planificación de obra, aún se desarrollarían por el décimo mes de los 15 previstos. Es decir, dos tercios de obra completada, con 3 años de construcción. Y cabe plantearse ya el año 2016 pensando en la siguiente fase de musealización interior, y preparación para la apertura.
Posibles cambios en el proyecto, sin hacerse públicos todavía
Es cierto que en 2012 hubo un parón, y los trabajos se reanudaron en junio de 2013, un año después, pero desde que Castiñeiras tomó el mando de CIUDEN, 12 meses después, el retraso es notable.
La adjudicataria, Dragados-FCC paralizaba los trabajos en el verano de 2012 aludiendo problemas estructurales del edificio que obligaban a replantear el proyecto o redefinirlo. De hecho estimaban que el contrato de 33 millones se quedaba corto con estas circunstancias que fueron apareciendo en el transcurso de las obras.
Cuantificaban que la inversión necesaria en otros cinco millones de euros, hasta los 38, que era justo la cantidad por la que había salido a licitación.
Con la llegada de Melchor Ruiz las obras se reanudaron en junio de 2013. Eso sí, con una rebaja del 20% en el coste, que como el entonces nuevo director explicaba “proviene de reducir ciertas calidades, cambiar la museografía, eliminar elementos como escaleras mecánicas, un cine que había previsto e incluso una residencia”. También se modificaba el proyecto del Bosque Carbonífero, que ahora se integraría en la antigua nave de calderas de Compostilla I, por tanto, dentro del Museo.
Con Castiñeiras la labor de construcción sigue sin despejar si el proyecto se mantiene tal como se expuso en esta modificación de 2013, y el desarrollo de elementos como el Bosque o la terraza panorámica anexa a la cafetería se ejecutarán. Eso sí, la cafetería tiene un mal precedente si atendemos a que la dirección de CIUDEN dio carpetazo este pasado otoño a la de ene.Térmica.
