El Entroido berciano ha vuelto a las calles de la capital de la Comarca, y lo hizo para anunciar de la forma más ancestral la fiesta pagana de Don Carnal, después de un año de 'silencio' en la calle por el parón COVID. Esta tarde, las carracas, cuernos y cencerros (acompañados también este año de gaiteros) han puesto mucho ruido y mucha 'trastada' por estos personajes que recrean los 'demos'.
Volvió el entroido a la calle para quemar los malos augurios, como así hicieron con el 'monigote' de paja en la plaza del Ayuntamiento después de recorrer sobre un burro toda la ciudad para sacar de los habitantes los 'espantos' del último año (quizá más necesario que nunca).
Así, las calles de Ponferrada se volvieron a llenar de harina, plumas, toques de gancha de palo, y cascara de huevo, que sufría algún viandante al paso del tradicional ‘entroido berciano’, en un viaje en el tiempo a las antiguas celebraciones carnavalescas de la comarca. De la mano del grupo Alegría Berciana, este año también ha contado con animación musical en diferentes puntos del recorrido. Una vez llegado a la Plaza del Ayuntamiento, esta celebración pagana ha finalizado con la quema del "antruejo" y "los fachos", más la animación musical.
Los colores de sus ropajes y los sonidos de sus cencerros y carracas animaron la tarde del sábado del Carnaval, con ese particular disfraz en el que destacan los cuernos de este personaje con un collar de chorizos y ajos. Durante el trayecto, un burro acompaña a la comitiva con un muñeco a lomos, siendo uno de los elementos destacados de esta fiesta, como recoge Antonio Fernández y Morales en su libro ‘Ensayos poéticos en dialecto Berciano’, de 1933.
