Según el portavoz del PP en Cacabelos, Adolfo Canedo, esta prohibición repercutiría de manera negativa en los ríos, ya que la plantación de chopos en marco permite un desagüe “relativamente eficiente”. Igualmente, Canedo defendió el “gran interés económico” de estas plantaciones para la economía de los pueblos ribereños y las zonas rurales, así como para la “importante industria comarcal, provincial y regional” transformadora de la madera de chopo.
Según los cálculos del PP, la entrada en vigor de la nueva normativa supondría la pérdida en la cuenca del Sil de una superficie para choperas de al menos 425 hectáreas, un 19 por ciento del total. Con estas cifras, la pérdida de producción anual se estima en 7.700 metros cúbicos, que se traducen en una bajada de ingresos de 500.000 euros en las arcas de las entidades locales y de tres millones en la facturación de la industria asociada. En cuanto al empleo, los ‘populares’ cifran la merma en 170 empleos, de los que 58 se ubican en el medio rural donde se asientan las choperas.