Fallece Jacinto López Méndez, el 'abuelo del Bierzo', a los 106 años

Don Jacinto ejerció su vida profesional como carnicero en la localidad de Priaranza, donde residió la mayor parte de su vida, desde que sus progenitores bajasen de Ferradillo para Toral de Merayo, antes de su despoblamiento definitivo

30 de Septiembre de 2019
Actualizado: 03 de Octubre de 2019 a las 16:33
Guardar
jacinto abuelo bierzo
jacinto abuelo bierzo
Jacinto López Méndez, 'el abuelo del Bierzo' falleció este domingo a los 106 años. Conocido así por ser una de las personas más longevas de la Comarca vivió siempre con una lucidez envidiable. Hace no tanto reconocía en una entrevista que el secreto "es vivir sin pensarlo demasiado". 

Don Jacinto ejerció su vida profesional como carnicero en la localidad de Priaranza, donde residió la mayor parte de su vida, desde que sus progenitores bajasen de Ferradillo para Toral de Merayo, antes del despoblamiento definitivo. Él se casó y residió en Priaranza, aunque siempre mantuvo contacto con el barrio toraliego del Ferrao, donde su familia ha habitado desde hace ya 4 generaciones. Allí, con más de 80 años, sus familiares relatan cómo era capaz de subir, con machete en mano, a las nogales.

Sufrió una guerra civil que le tocó casi a la puerta de casa, aunque otra de las claves que le han permitido llegar hasta aquí ha sido eludir todo rencor, y todo problema que se enquiste. Todo sobre ruedas “mejor”… y precisamente sobre ruedas deja muchas anécdotas, porque fue conductor hasta pasados sus 90 años, y lo dejó por voluntad propia, poco antes de trasladarse a la residencia de Cacabelos. Antes, las fuerzas del orden tuvieron que afrontar la ‘papeleta’ de anular una multa, porque ya pasaba la edad en la que el código de circulación marca la imposición de sanciones. “No está contemplado que alguien pudiera conducir a los noventa y pico” explica uno de sus hijos.

Aquellos genes de gente ruda que aguantó los azotes del invierno a los pies de la peña de Ferradillo parecen venirle de perlas. Así, su madre también rozó la centena en el pasado siglo.