La sanidad de Castilla y León experimentó el pasado año el empeoramiento más significativo del conjunto autonómico, al dispararse su lista de espera y la demora quirúrgica. Según se pone de manifiesto en la memoria de 2020 de El Defensor del Paciente, si en 2019 la demora media quirúrgica fue de 67 días, en 2020 los parámetros se dispararon hasta los 161 días, es decir, casi cien días más para una intervención en los hospitales de Castilla y León. Además, un total de 25.347 pacientes estaban a la espera de ser avisados para una intervención.
En el informe también se pone de manifiesto que las especialidades quirúrgicas con retardos más amplios son traumatología, oftalmología y cirugía general. Con respecto a las consultas y pruebas diagnósticas (TAC, resonancias, ecografías y mamografías) el coronavirus ha ocasionado que prácticamente se suspendan todas por lo que también se han incrementado.
La lista de espera en el Hospital del Bierzo estaba en 142 días de media de espera en el último informe público de SACYL, aunque resta por conocer la situación final del último trimestre. Las especialidades de Traumatología y Oftalmología eran también las de mayor tiempo de espera. En el conjunto de especialidades casi 1.700 tarjetas sanitarias del Bierzo se encontraban en lista para una operación.
En el conjunto de España, la mayor demora para una operación se registra en Castilla-La Mancha, con 269 días, por delante de Cataluña (223), Andalucía (212), Aragón (171), Canarias (163) y Castilla y León (161). Por contrario, Madrid (42), Asturias (52) y La Rioja (69), presentan las demoras más cortas.
A su vez, también de advierte de que aunque desde la Junta se ha defendido la actividad telemática, la atención sin citas presenciales se ha cobrado la vida de unos cuantos pacientes oncológicos, con especial incidencia en la provincia de Burgos, a la vez que se recalca la necesidad de un cambio de modelo en la sanidad rural y la reapertura de los centros de salud.