Los cuatro mineros encerrados en el pozo Aurelio abandonan su protesta “como héroes” y con el respaldo de decenas de vecinos y compañeros

El médico aconsejó este viernes su salida después de 18 días de encierro y una vez que el pasado martes decidieron iniciar una huelga de hambre

01 de Julio de 2016
Actualizado: 07 de Julio de 2016 a las 14:25
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Los padres de uno de los mineros encerrados en el pozo Aurelio aguardan en la bocamina la salida de su hijo

Emoción, nervios, alivio, pero al mismo tiempo cierta frustración, rabia e impotencia. Eran algunos de los sentimientos que familiares, amigos y compañeros de Elías, Sócrates, Dani y Álvaro sentían en la bocamina en los instantes previos a que los cuatro mineros de la Hullera Vasco Leonesa abandonaran el encierro que mantenían desde hace casi 20 días en el interior del pozo Aurelio, en Santa Lucía de Gordón, de ellos además tres en huelga de hambre.

Tenían pensado llevar su protesta hasta el final, como habían hecho saber durante los últimos días, hasta que se comprometiera el pago de las ayudas para el cierre ordenado de la minería. Pero finalmente han tenido que dejar a un lado su protesta “por prescripción médica” y a media tarde de este viernes han regresado a casa en medio de un grandioso recibimiento de decenas de personas que los recibieron con aplausos y gritos de aliento.

Paula, la novia de Sócrates, reconocía estar “nerviosa” porque “por fin” iban a volver a casa, y anunciaba su intención de irse a un centro obrero a celebrarlo con una gran fiesta. Acompañada en todo momento por su hijo, Carmen, la mujer de Elías, también decía sentirse “nerviosa pero contenta” aunque reconocía que desde que supo de la salida de su marido “no pasaban las horas”. En sus manos llevaba unos pequeños ramos de flores para entregárselos a cada uno de los mineros de parte de sus hijos.

Sentados en una silla por su edad, Natividad e Ignacio, los padres de Álvaro, no podían contener la emoción y también cierto nerviosismo. Natividad aseguraba que hasta ahora había estado muy tranquila en casa consciente de que a su hijo no le iba a pasar nada, aunque en la bocamina la situación ha cambiado. “Hoy estoy peor, tengo una cosa aquí...”, decía señalándose la boca del estómago, mientras explica que, de familia tradicionalmente minera, tienen diez hijos, dos hijas y ocho hijos, de los que siete se han dedicado a la mina y solo el mayor trabaja fuera de León.

A las 18.22 horas, un pitido anunció la bajada de la jaula para recoger a los cuatro mineros. Desde ese momento, la gente se fue agolpando en el exterior para recibir a los que no dejaban de calificar como “héroes”. Mientras también se preparaban las pancartas en las que podían leerse mensajes de ánimo, incluso llegados de otras comarcas y también de Asturias, y otros ya tradicionales como 'Solidaridad con los encerrados. Por el futuro de la mina' o 'Salvemos la mina, salvemos los puestos de trabajo”.

A medida que pasaban los minutos, la angustia y la impaciencia se fue reflejando en el rostro de los allí presentes, hasta que a las 18.54 horas, el mismo pitido anterior anunció el ascenso de los mineros y de los integrantes del comité de empresa. A partir de ese momento, el sonido atronador de la bocina provocó un silencio sepulcral entre toda la gente que solo se rompió por el sonido de algún cohete y por los aplausos y gritos de aliento una vez que los cuatro mineros asomaron por la bocamina después de casi seis minutos de ascenso. “Aquí están, estos son los que sacan el carbón” fue el grito más socorrido, al que siguió el sonido de la gaita para entonar el 'Santa Bárbara bendita'.

Llegó entonces el momento más emotivo, con los saludos y los abrazos, en especial a la familia, que difícilmente podía contener las lágrimas después de unos días realmente duros en los que no faltaron los mensajes de ánimo, pero la preocupación se convirtió en un sentimiento inevitable, tanto por el estado de salud y de ánimo de los encerrados como por el futuro del sector, cada vez más amenazado.

Objetivo casi cumplido

En nombre de todos sus compañeros, Sócrates Fernández, consideró que el apoyo recibido en todos estos días ha sido “fundamental” y el recibimiento de esta tarde es “un impulso” para la situación que estaban viviendo, algo “penosa” en el interior de la mina. “Es positivo que nos haya recibido tanta gente”, reconocía Sócrates, porque aunque el objetivo principal era conseguir que se liberasen las ayudas, se ha logrado “que la voz llegue lo más lejos posible”.

Conscientes de que el carbón “sigue vivo y tiene futuro más allá de 2018”, los mineros insistieron en que la intención era pedir a la Junta y al Gobierno que les escuchase para liberar las ayudas para la continuidad de la actividad y el cierre ordenado de la minería. Aunque eso no se ha conseguido, sí se tiene esperanzas en avanzar en la reunión que el próximo lunes tienen previsto mantener el secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, con los consejeros de Hacienda, Pilar del Olmo, y de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones.

Reunión decisiva el lunes

El presidente del comité de empresa de la Vasco, Julio González, insistió en que no es posible hablar de “derrota”, sino que se quería encontrar un interlocutor “que pudiera mover esto”, que es la Junta, quien se ha implicado “al máximo y con celeridad” y se ha logrado una auditoría externa que justifica que a la Hullera Vasco-Leonesa le corresponden unas ayudas y el compromiso del presidente Herrera de que, independientemente de lo que pase en Madrid, la administración regional se va a comprometer con el sector.

Por eso no quieren hablar de una derrota, sino de un “punto y seguido” y en función del resultado del encuentro del lunes se determinarán nuevas medidas de protesta. Lo que sí se ha conseguido es también la unanimidad en las Cortes en defensa de la continuidad de la empresa e incluso IU ha enviado una moción al Parlamento Europeo, donde “hace mucha presión”. “De momento está funcionando la maquinaria y falta el resultado”, añadió González.

Secuela psicológica

El médico, que ahora visitaba a los cuatro encerrados a diario, advirtió hoy a los miembros del comité de empresa del riesgo que podían tener a no muy largo plazo de sufrir algún tipo de secuela, en especial de carácter psicológico, lo que fue un punto fundamental para que decidieran abandonar esta medida de protesta. Después de que esta comarca haya vivido muchos encierros y muchas protestas, en la cabeza de muchos rondaba hoy la posibilidad de que éste fuera el último de una zona y un sector amenazados continuamente, y más que nunca, con echar el cierre definitivo.



 





 

 

El hijo de uno de los mineros encerrados en el pozo Aurelio aguarda en la bocamina la salida de su padre

os cuatro mineros leoneses encerrados en el Pozo Aurelio en Santa Lucía de Gordón abandonan la protesta. / Maje Muñiz / @MajeMuniz