Debido a las continuas lluvias y al atasco en alguno de los desagües principales, el patio del colegio se llenó de charcos que desprendían un olor muy fuerte. "El problema es que no es la primera vez que sucede algo parecido, por lo que la situación ya empieza a ser muy preocupante". La presidenta del AMPA, Mónica Seoane, describe las innumerables deficiencias que presenta este centro en lo que respecta a la calidad del agua. "Los pequeños no pueden beber agua del colegio porque inmediatamente padecen gastroenteritis", a lo que hay que sumar que los baños están fuera de servicio cada dos por tres, así como el terrible olor que desprenden cuando entras en ellos. "Además", señala, "el patio del colegio, que sigue siendo de gravilla, permanece durante todo el invierno lleno de grandes charcos, que impiden que los niños puedan disfrutar del espacio con tranquilidad sin ensuciarse o hacerse daño".
Estas continuas quejas ya han sido trasladadas de manera oficial al Ayuntamiento en numerosas ocasiones a través de varios escritos en nombre del Consejo Escolar. "Ya son nueve años los que llevamos arrastrando este problema y nunca recibimos solución". Hasta el momento, los únicos movimientos que ha hecho la Administración municipal es poner 'parches' a todas estas inundaciones, mandando a operarios para resolver los atascos de manera temporal, "pero lo que, realmente, necesita el colegio es que se cambien las tuberías y que se renueve todo el sistema subterráneo de conductos", señala Seoane.
A este respecto, la presidenta del AMPA lamenta que la única respuesta que han tenido hasta el momento por parte del Ayuntamiento es la declinación de poder hacer frente a una obra de remodelación en la infraestructura debido a la falta de presupuesto, algo que enfurece más a los padres de los alumnos, que consideran que invertir en un lugar donde pasan tantos niños a diario debe ser primordial para una ciudad.
Por su parte, los integrantes de la asociación de padres y madres han vuelto a elaborar una carta, en nombre del colegio, para exigir al equipo de Gobierno que tome medidas al respecto. En el caso contrario, "estamos dispuestos a llegar donde haga falta, porque ya no podemos permitir más tanta inseguridad", insiste Mónica tras la última reunión celebrada en el centro con motivo de los últimos sucesos. Los padres ya barajan la opción de iniciar concentraciones para defender los derechos de sus hijos y exigir acciones inmediatas en el colegio para evitar que los estudiantes sigan soportando esta falta de salubridad.
En esta línea, Seoane insiste en que las deficiencias no sólo están patentes en el colegio, sino que también son visibles en las calles colindantes y tienen en alerta a muchos vecinos. Con motivo de las elecciones municipales se llevaron a cabo pequeñas intervenciones en el entorno "que no han solucionado casi nada de los problemas evidentes", critica. "Se construyó una acera en uno de los frentes del centro, se parchearon agujeros... pero los barrizales siguen produciéndose a diario cuando arrecia el temporal, porque el sistema de tuberías tiene más de 70 años y se atascan a la mínima".
La preocupación, sin duda, aumenta cada día que pasa, por lo que exigen al Ayuntamiento una pronta respuesta "debido a que se trata de un centro al que asisten a diario casi 200 niños y que, a pesar de su antigüedad, no puede echar el cierre por el servicio que ofrece a los residentes de la zona".
