El declive de la prensa en papel ha ido de la mano de la merma de este tipo de negocios a los que no les queda otro remedio que renovarse. Los propios quiosqueros se califican a sí mismos como "Los últimos mohicanos". En Ponferrada son 17 los supervivientes que abren cada día las puertas de sus quioscos situados a pie de calle esperando vender algo para poder llegar a fin de mes. "No se puede vivir de esto", revela la propietaria de uno de los quioscos de Ponferrada situado en una de las calles más céntricas de la ciudad. Sin embargo, hace años "había muchos más quioscos e íbamos a las fiestas de los pueblos a vender, con eso si que sacábamos dinero" pero ahora "no se vende casi nada; Antes eran las propias editoriales las que pagaban al distribuidor, hoy en día tenemos que pagarles nosotros". Otro propietario asegura que "los quioscos tienden a desaparecer" y es que por mucho que estos establecimientos hayan intentado hacer caja vendiendo otro tipo de productos su situación es una consecuencia más de la crisis de la prensa escrita. Los quioscos pierden clientes a la misma velocidad que los periódicos de papel pierden lectores. El acceso a internet y los smartphones ya llevan ponen en el bolsillo todo el universo editorial expuesto en cada web o APP. Al fin y al cabo ¿con cuántos ciudadanos nos podemos cruzar por las calles de Ponferrada a las puertas de la tercera década del siglo XXI con un periódico doblado bajo el brazo?.
"La gente no va a pagar por algo que tiene gratis en los bares o en su teléfono". Los periódicos se han encarecido con el paso de los años y cada día hay disponible algún ejemplar bar o café de la esquina. Por ello, no es de extrañar que los quioscos hayan llegado a una situación prácticamente irreversible. A ello se le suma que los jóvenes se informan a través de Internet y que las tendencias de consumo han cambiado completamente de una generación a otra. Es decir, el quiosco es un muestrario ahora del papel, pero al igual que llega la tirada en las horas tempranas del día se recoge al final de la jornada para su reciclaje. Sólo las revistas del 'corazón' mantienen el pulso.
Lo que más se vende es prensa en papel y chucherías. La mayor parte de los quioscos que cierran no vuelven a abrir y la mayoría de ellos solo abre por las mañanas debido a que no les sale rentable. Los últimos supervivientes de Ponferrada están en peligro de extinción y pronto pasarán a formar parte de la historia de las ciudades que se recordará cada vez con más lejanía.
Fotos J. Ángel Alonso / Infobierzo