Medio centenar de personas se movilizaron esta viernes frente a la planta embotelladora de agua de Folgoso de la Ribera para exigir una solución que permita mantener la actividad. Despedidos en la práctica desde el pasado 8 de noviembre pero sin un administrador concursal que pueda plantear, al menos, la venta de la unidad productiva, ha provocado el enfado de la plantilla que anuncia que habrá más movilizaciones para dar visibilidad a esta problemática.
Esa es la principal reivindicación que quieren trasladar directamente al magistrado de la Audiencia Nacional, José de la Mata, que instruye la investigación de la estafa de iDental en el marco de la Operación Apolonia. Ahora que tiene conocimiento de la situación, en la que se encuentran los 16 trabajadores, consideran que debe dar un paso y “mover ficha”. “Mientras que el Juez de la Mata no meta un administrador judicial no se puede hacer nada”, lamentó una de las portavoces de la plantilla, Mari Carmen González, que incluso insistió que “hay gente que la quiere comprar y no puede”.
También resulta contradictorio que mientras la Junta les ha trasladado que está buscando un comprador la operación nunca se podría llevar a cabo pues, en la práctica, no existe una parte vendedora en tanto en cuanto se resuelva el bloqueo a esta empresa.
“Hay que pedir que la Junta de Castilla y León o toda esta gente, estos políticos que tanto quieren hacer por el Bierzo, que tanto salen en los medios de comunicación cuando les interesa algo sólo por salir por su cara bonita, si hay que ir a Madrid habrá que ir y habrá que decírselo al Juez de la Mata”, dijo.
Esta protesta se ha convertido en una petición a la Junta y a las administraciones en general, de las que buscan apoyos junto de la sociedad berciana en general. Precisamente, nadie pasó por alto la escasa acogida por parte de representantes institucionales o políticos que participaron, que contó con el teniente de alcalde de Folgoso de la Ribera y consejero comarcal Raúl Fernández, o la procuradora de Podemos, Lorena González.
Al margen de la clase política, atendieron la llamada una representación de los trabajadores acampados en Compostilla, con su portavoz Alonso Roa a la cabeza. Vecinos, amigos y familiares acompañaron a los trabajadores que decidieron concentrarse por segunda vez frente a la fábrica, ya que a principios de diciembre ya protestaron en el mismo lugar.