Sánchez anuncia su intención de celebrar primarias en el PSOE el 23 de octubre y un congreso en diciembre

Por su parte, Susana Díaz propone "un congreso de refundación", pero una vez que haya Gobierno

26 de Septiembre de 2016
Actualizado: 27 de Septiembre de 2016 a las 17:10
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Sánchez ha anunciado este lunes su intención de convocar el trigésimo noveno congreso federal del PSOE con primarias en octubre, mientras se suceden las críticas a su gestión tras el fracaso electoral en Galicia y el País Vasco.


El líder socialista, Pedro Sánchez, ha convocado a la comisión permanente de la Ejecutiva Federal del PSOE a las 10.30 en la calle Ferraz para analizar la debacle del partido en Galicia y el País Vasco, después de que la formación reconociera ayer sus malos resultados electorales.

Está por ver si Sánchez mantiene su plan de intentar formar un gobierno alternativo al PP y si sus críticos preparan algún movimiento para impedirlo. De momento, ya ha anunciado a su Ejecutiva que quiere convocar ya el 39 congreso federal, celebrando unas primarias en octubre.

Desde anoche no deja de resonar una palabra: decepción. Las reacciones en las filas internas socialistas han comenzado esta mañana a primera hora en boca del exvicesecretario general del PSOE y ex número 2 del PSOE en el Gobierno de Zapatero, José Blanco, que se ha declarado hoy "desolado" y se pregunta que "qué más tiene que pasar" para que el partido "reflexione".

El exdirigente gallego, hoy eurodiputado, ha relatado que ha felicitado tanto a Alberto Núñez Feijóo como a Íñigo Urkullu por sus respectivas victorias en Galicia y el País Vasco. "En ambas comunidades la gente votó estabilidad", ha opinado.
Gobierno alternativo


Sánchez se propondrá a la militancia con la oferta de formar un gobierno alternativo, negociación que pospondrá al Comité Federal del 1 de octubre. "No podré cerrar ningun acuerdo hasta que no logre el aval de mi organización", dijo.


Minutos más tarde, abundó: "No tiene sentido que yo intente halar con otras fuerzas políticas y se me cuestione desde dentro". Y preguntó a los barones críticos con ese intento que, si no quieren la abstención ante el PP y tampoco un gobierno alternativo, ni que haya terceras elecciones, "¿qué quieren que haga el Partido Socialista". Dijo, no se quedará "de brazos cruzados".


Sánchez recordó en su intervención de que el PP no obtuvo apoyos suficientes a la investidura de Mariano Rajoy y "parece" que no los va a conseguir en octubre, por lo que el PSOE tiene tres opciones: o abstenerse para permitir el gobierno del PP, o intentar formar "una mayoría alternativa de cambio o ir a terceras elecciones".


El líder socialista cree que el no a Rajoy está muy justificado y que, si se abstuviera, el PSOE se colocaría en "una posición subalterna" respecto al PP. Tampoco quiere terceras elecciones, por lo que "tiene que ofrecer una solución al bloqueo político" e "intentarlo con todas las fuerzas", confiando en que "el resto de partidos que se califican del cambio hagan lo indecible por formar un gobierno transversal de cambio de amplia mayoría parlamentaria". "No va a depender sólo del PSOE, pero hay que intentarlo y lo vamos a intentar", reafirmó.


Debate legítimo


Según su planteamiento, frente a esta posición hay otros líderes socialistas que, ya sea por pensar que con 85 diputados no se puede gobernar o porque defiendan abstenerse ante el PP. Admitió que eso es "legítimo", pero, al tratarse de una cuestión "de fondo", que va a deparar "el papel que va a tener el PSOE en los próximos años", debe discutirse en el órgano correspondiente.


"Es hora de que hagamos un debate de verdad, de que todos digamos la verdad, y luego la organización esté a piñón con su dirección", enfatizó al final de su intervención ante la prensa.


Sánchez recordó que los potenciales interlocutores del PSOE, Podemos y Ciudadanos, están pidiendo que los socialistas se pongan de acuerdo, y la propia sociedad reclama, como él, que el PSOE sea "una organización unida".


Por eso, retó a "que otros den un paso al frente" si defienden otra posición o creen que con ellos el partido estaría mejor", y en este punto hizo su única referencia a las elecciones vascas y gallegas y el fracaso del PSOE puesto de manifiesto por los críticos, y del que se hizo responsable como secretario general. "Y, si ganan, seré la primera persona en ayudar. Me gustaría que fuera también al revés".


¿Dimisión?


Eso sí, eludió por tres veces la cuestión de si dimitirá en caso de perder la votación del Comité Federal y se limitó a augurar que "la mayoría del PSOE no va a poner impedimentos a que se pronuncie la militancia" y que la opción del gobierno alternativo "se abrirá paso" en ese Comité.


Por lo que a él respecta, reivindicó que "lo más honesto y lo más leal es la convocatoria de un congreso", porque "a la militancia no se le puede proponer como consulta si quieren un gobierno alternativo o la abstención", sino que vote a un secretario general y luego éste despliegue la política que ha prometido.


Según Sánchez, convocando ahora el congreso "va a haber plazos para que si gana la alternativa que defiende la abstención, lo pueda hacer". Y él, que propone el gobierno alternativo, no renunciará a él aunque le quede sólo una semana antes de la disolución automática de las cámaras. "Hay tiempo para que haya primarias y para formar un gobierno alternativo", aseguró.


Respecto a los potenciales aliados en este gobierno alternativo, Sánchez dijo que "necesariamente tendría que contar con Podemos y Ciudadanos", pero esta vez no excluyó la posibilidad de contar con independentistas, sino que llamó a hacer "pedagogía" y recordar que el PP ya se apoyó en ellos para la conformación de la Mesa del Congreso y, si fuera investido, tendría que hacerlo también para aprobar los presupuestos y otras leyes.