Se dispara la compra de calderas de biomasa en Castilla y León por el precio de la electricidad

Los fabricantes reconocen que “venden más que nunca” y que superarán el incremento de equipos del 13,3% de 2020, en una Comunidad líder en el sector

07 de Noviembre de 2021
Actualizado: 10 de Noviembre de 2021 a las 14:13
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estufa pellets
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Biomasa en Castilla y León 

El precio al alza y fluctuante de la electricidad y la apuesta europea por reducir el uso del metano han disparado la compra de calderas de biomasa en Castilla y León en lo que va de 2021. De hecho, los fabricantes de equipos reconocen que “ahora venden más que nunca” y creen que superarán con seguridad el incremento de las ventas del 13,3% registrado en 2020.

Todo ello en una Comunidad que es líder nacional en el sector gracias al uso de más de 100.000 toneladas de pellet y más de 800.000 de astilla y otras biomasas procedentes de aprovechamientos forestales y la gestión de subproductos de la industria de la madera y la agroindustria, productos que han mantenido su precio intacto en los últimos diez años.

Según la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom), la producción regional de biomasa evitó el pasado año la necesidad de importar el equivalente a 375 millones de litros de gasóleo de calefacción en Castilla y León y la emisión de casi un millón de toneladas de CO2, el equivalente a lo que consumen 660.000 coches en circulación.

Por el momento, la biomasa se mantiene al margen de la crisis global de escasez de materias primas y problemas de logística que están encareciendo los precios, acabando con los stock y extendiendo en el tiempo la entrega de productos por parte de proveedores. El director de Proyectos de Avebiom, Jorge Herrero, vaticinó, en declaraciones a Ical, que las previsiones indican que las ventas de equipos continuarán creciendo, principalmente a causa del precio de la luz. En este sentido, advirtió de que el gasóleo ya se está prohibiendo para uso domiciliario en otros países. Austria lo hace a partir de 2023 y “seguirá paulatinamente”.

Por el momento, Herrero señaló que muchas familias y empresas “están pasando a usar biomasa” y ya están cambiando las antiguas calderas de gasóleo por otras modernas que quemen este producto de origen vegetal.

También ha aumentado la instalación de estufas de biomasa en viviendas, que “ayuda muchísimo a reducir el gasto energético de luz o combustibles fósiles”.

En cifras, Castilla y León acabó 2020 con 62.466 equipos operativos de biomasa, de los que 54.525 eran estufas, 5.916 calderas domésticas de pellet y 2.005, industriales, que se ubican en comunidades de vecinos, fábricas, granjas, redes de calefacción urbana, edificios públicos, residencias de ancianos y colegios, entre otros. En España ya funcionan 400.000 aparatos y en Europa, más de siete millones.

Herrero subrayó que la biomasa es una fuente de energía renovable que mantiene líder en el sector a Castilla y León, donde hay muchos recursos forestales, tanto en montes públicos como privados. La autonomía posee fábricas de pellets, distribuidores, instaladores y más de 60 redes de calor en ciudades.

El uso energético de la biomasa continúa ganando terreno en la Comunidad, de manera que cerró el año pasado con un volumen de negocio que alcanzó los 163,9 millones de euros, un 2,8%que el año anterior a pesar del confinamiento, según Avebiom. Los nuevos usos energéticos de biomasa, básicamente pellet y astillas de madera, destinados a generar calor en Castilla y León, requirieron 1.898 puestos de trabajo directos, sin contabilizar el tradicional uso de leñas, ya sea de forma profesional o particular, ni el empleo que se genera en la producción de electricidad con biomasa.

Redes de calor

De las más de 500 redes de calor que existen en España, 62 se encuentran en Castilla y León, que suman 124,66 megavatios de potencia instalada a final de 2020. Este año hay que añadir algunos proyectos nuevos que están en diferentes fases de construcción, como una en Ávila, dos en Palencia (una en la ciudad y otra en el Campus de La Yutera), un proyecto de ampliación en el CEDER en Soria y una nueva red en Medina del Campo.

“Estamos empezando a ver cada vez más normal grandes redes de calefacción urbanas con biomasa”, comentó Herrero, quien citó las de Aranda de Duero, Laguna de Duero, Ponferrada o Valladolid. A ellas, dependiendo de su diseño, se pueden conectar edificios públicos, como es el caso del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, o privados, como comunidades de vecinos e incluso viviendas individuales, como ya ocurre en Soria, que llega a casi toda la ciudad.

El director de Proyectos de Avebiom se detuvo particularmente en Soria, donde esta red “ayuda a crear riqueza y empleo en su propio monte”, pues los propietarios son los propios sorianos. “En lugar de enviar dinero y divisas a Argelia lo invierten en los montes de utilidad de pública, propiedad de los ayuntamientos. Utilizar biomasa en las ciudades es una forma de colaborar también contra la despoblación”, sentenció Herrero.